Un lugar en el mundo
Este post surge de la insistencia de Andrea acerca de la necesidad de volcar mis impresiones sobre Montevideo Comics en el blog, aunque termina hablando de otra cosa.
Frente a mí pasan Hellboy, la Mujer Maravilla, Sailor Moon, el Acertijo, Orco, Mario y Luigi, el hombre de gengibre y otros tantos personajes, muchos de ellos que desconozco.
Hay, también, personas de particular, aunque muchas de ellas llevan algún signo distintivo (sea una remera o hasta un simple pin) de algo que aman. Todos están allí por algo, por una pasión, un motivo común y a la vez diverso.
Bajo unos escalones de la planta baja del cine Plaza se encuentra un stand lleno de cosas que hablan de Harry Potter. En las estanterías del fondo, libros en español y en inglés; en el mostrador, pins, dijes, posavasos, llaveros, varitas, láminas.
"¡Qué buena remera!, ¿de dónde la sacaste?", me pregunta una chica vestida con las túnicas de Hogwarts.
Una hora antes, había estado en mi cuarto dando vueltas mi armario. Tres camisetas de HP para elegir. Dos originales, una "callejera". "La más linda es la del Ministerio de Magia.", pensé, pero nadie iba a prestarle atención a una remera con una gran "M".
"De Buenos Aires", le respondo, con un cierto aire de satisfacción. La chica, sin ninguna vergüenza, me pide para sacarle una foto, y yo abro un poco la camisa que levaba encima de la remera trucha. También se acerca un muchacho con túnica de Hogwarts, y se saca una segunda foto conmigo. No se trata de llevar merchandising original, el punto es otro, es hacer un statement, es decir a los cuatro vientos "me gusta Harry Potter, y estoy orgulloso de ello".
Es, sin duda, el lugar adecuado. Todos estamos allí por algo que nos moviliza, sea un comic, un libro, una película, un videojuego, un animé, etc. Una colectividad diversa, heterogénea, pero unificada bajo un mismo techo.
Hace poco más de 10 años, estaba perdido. Sí, de mi liceo de ciclo básico salieron cosas buenas. De allí salió Damián, mi Sancho Panza, mi escudero, que hace que el balance no pueda ser realmente negativo. Pero la verdad, el liceo no fue fácil.
Estoy convencido de ser el peor jugador de fútbol de la historia de este bendito país, quizá la del deporte en general. No sé si juego horrible porque no me gusta, o no me gusta porque juego horrible. No sé si lo sabré algún día. Pero lo cierto es que, ante la falta de grandes habilidades sociabilizadoras, con el fútbol murió uno de los pocos caminos que me quedaban, una de las formas por las que los varones uruguayos nos relacionamos con nuestros semejantes.
Así fue durante años, mis contactos eran de a uno, y mucho más con el sexo opuesto que con el propio, (pero no confundirse, nada romántico... decir que mi historial amoroso es escaso, es ser enormemente generoso).
Estamos en el tercer piso del cine. Nos rodean mesas llenas de muchachos (hombres todos, o casi) jugando juegos de rol desconocidos para mí. A mi lado, mi amiga (que no podría decirse nunca que sufre de "medianidad" o pacatez uruguaya) me dice que ese es el fondo, que para llegar a jugar juegos de rol por horas, tiene que estar muy mal, o muy enamorada.
La miro y le digo "No sé. En realidad me gustaría ser parte de esto, me gustaría alguna vez ser parte de un grupo.". "Lo entiendo", me dice.
Empiezo a bajar las escaleras rumbo a la salida, cruzándome con otros personajes salidos de vaya a saber uno dónde, preguntándome qué tan cerca estoy de esta gente.
"Claramente", pienso, "en la escala de fanboyismo estoy un poco abajo". Pero también es cierto que en los últimos meses fui descubriendo un mundo nuevo, lleno de gente que disfruta cosas que desconozco, y otras tantas que conozco y disfruto también.
Rodeado de gente disfrazada, pintada, llena de colores o totalmente monocromática, me doy cuenta que encontré un lugar que no pensaba que existiera, un lugar donde ser yo resulta mucho más fácil.
Frente a mí pasan Hellboy, la Mujer Maravilla, Sailor Moon, el Acertijo, Orco, Mario y Luigi, el hombre de gengibre y otros tantos personajes, muchos de ellos que desconozco.
Hay, también, personas de particular, aunque muchas de ellas llevan algún signo distintivo (sea una remera o hasta un simple pin) de algo que aman. Todos están allí por algo, por una pasión, un motivo común y a la vez diverso.
Bajo unos escalones de la planta baja del cine Plaza se encuentra un stand lleno de cosas que hablan de Harry Potter. En las estanterías del fondo, libros en español y en inglés; en el mostrador, pins, dijes, posavasos, llaveros, varitas, láminas.
"¡Qué buena remera!, ¿de dónde la sacaste?", me pregunta una chica vestida con las túnicas de Hogwarts.
Una hora antes, había estado en mi cuarto dando vueltas mi armario. Tres camisetas de HP para elegir. Dos originales, una "callejera". "La más linda es la del Ministerio de Magia.", pensé, pero nadie iba a prestarle atención a una remera con una gran "M".
"De Buenos Aires", le respondo, con un cierto aire de satisfacción. La chica, sin ninguna vergüenza, me pide para sacarle una foto, y yo abro un poco la camisa que levaba encima de la remera trucha. También se acerca un muchacho con túnica de Hogwarts, y se saca una segunda foto conmigo. No se trata de llevar merchandising original, el punto es otro, es hacer un statement, es decir a los cuatro vientos "me gusta Harry Potter, y estoy orgulloso de ello".
Es, sin duda, el lugar adecuado. Todos estamos allí por algo que nos moviliza, sea un comic, un libro, una película, un videojuego, un animé, etc. Una colectividad diversa, heterogénea, pero unificada bajo un mismo techo.
Hace poco más de 10 años, estaba perdido. Sí, de mi liceo de ciclo básico salieron cosas buenas. De allí salió Damián, mi Sancho Panza, mi escudero, que hace que el balance no pueda ser realmente negativo. Pero la verdad, el liceo no fue fácil.
Estoy convencido de ser el peor jugador de fútbol de la historia de este bendito país, quizá la del deporte en general. No sé si juego horrible porque no me gusta, o no me gusta porque juego horrible. No sé si lo sabré algún día. Pero lo cierto es que, ante la falta de grandes habilidades sociabilizadoras, con el fútbol murió uno de los pocos caminos que me quedaban, una de las formas por las que los varones uruguayos nos relacionamos con nuestros semejantes.
Así fue durante años, mis contactos eran de a uno, y mucho más con el sexo opuesto que con el propio, (pero no confundirse, nada romántico... decir que mi historial amoroso es escaso, es ser enormemente generoso).
Estamos en el tercer piso del cine. Nos rodean mesas llenas de muchachos (hombres todos, o casi) jugando juegos de rol desconocidos para mí. A mi lado, mi amiga (que no podría decirse nunca que sufre de "medianidad" o pacatez uruguaya) me dice que ese es el fondo, que para llegar a jugar juegos de rol por horas, tiene que estar muy mal, o muy enamorada.
La miro y le digo "No sé. En realidad me gustaría ser parte de esto, me gustaría alguna vez ser parte de un grupo.". "Lo entiendo", me dice.
Empiezo a bajar las escaleras rumbo a la salida, cruzándome con otros personajes salidos de vaya a saber uno dónde, preguntándome qué tan cerca estoy de esta gente.
"Claramente", pienso, "en la escala de fanboyismo estoy un poco abajo". Pero también es cierto que en los últimos meses fui descubriendo un mundo nuevo, lleno de gente que disfruta cosas que desconozco, y otras tantas que conozco y disfruto también.
Rodeado de gente disfrazada, pintada, llena de colores o totalmente monocromática, me doy cuenta que encontré un lugar que no pensaba que existiera, un lugar donde ser yo resulta mucho más fácil.
Comentarios
Y no sólo el liceo no es fácil... la vida "real" tampoco lo es, y tal vez eso nos lleve a buscar satisfacciones es una novela, una película, en un cómic o en un juego.
Que, después de todo, también forman eso que somos.
La verdad, quiero decir que tu última frase "lugar donde ser yo resulta mucho mas fácil". Tenés mucha razón, porque yo, en cierta forma, pienso parecido (parecido porque el YO es propio de cada uno).
Solo hace falta mirar alrededor de uno en Mvd Cómics para confirmar que: la cosa NO ESTÁ en estar pendiente de que hace o no hace el otro, NO ESTÁ en mirar que es lo peór del otro, NO ESTÁ que sabe o no el otro, que tiene el otro y que no... Sino en hacer o no hacer uno, algo raro hoy en día...
Yo no tenía pensado ir este año, pero por ciertas viscisitudes extrañas, pude ir los dos días y la verdad valió la pena.
A mí también me ocurría lo mismo que a vos en mi etapa liceal... por algo soy Peter Parker, si hubiera sido un "ganador" sería Tony Stark (aunque llevé una remera de Iron Man, je, je, je).
Como nosotros somos 0% fútbol, supongo que la euforia y alegría que sienten los hinchas en un estadio, debe ser algo similar a la que sentimos nosotros cuando nos encontramos rodeados de frikis haciendo cosas frikis.
Un gran abrazo y muchas gracias por asistir a mi charla. Después pasame la foto.
P.D.: Andrea, una verdadera lástima el no tenerte ahí.
Una lástima que no hayas ido...
Sí, está bueno encontrar cosas que nos muevan, que nos lleguen, que conecten. Y la vida es jodida, sí, pero el liceo, es terrible!
Joker23: fui más temprano que vos, parece, porque la gente con la que iba, podía temprano... nos cruzamos.
Tal cual, la gente ahí era quien quisiera ser, libre, feliz.
Me alegro que hayas ido.
Peter: este post, este fin de semana, te debe mucho a vos.
Donde dice "en los últimos meses" podría perfectamente decir "desde la premiere de TDK". A vos te agradezco darme el empujón que necesitaba, y mostrarme que se puede ser fanboy y feliz (y con novia... estamos trabajando en eso, todavía).
Un abrazo.
Estoy totalmente de acuerdo con que para muchos - me incluyo- la etapa liceal constituyó una experiencia terrible. Pero la vida da revancha, y finalmente se van descubriendo estos rincones en los cuales uno encuentra un lugar en el mundo.
Particularmente, a mis 16 años, tuve la fortuna de hallar uno de estos espacios, también lleno de frikis y nerds, pero bastante diferente a MC. Y aunque ya no lo frecuento casi, de allí han salido muchos de mis actuales amigos. Si se quiere, de un modo indirecto este grupo fue el responsable que conociera a Peter, mi compañero de vida. ;-)
PD: Que te mejores de tu gripe...
¡Qué lindo ser un fanboy y poder compartirlo con sus semejantes!
Te agradezco Martín, por todo lo que escribís. Se podría decir que la función especial de TDK fue mi primer acto público como Peter Parker en el cual "arrastraba" a alguien hasta el mundillo friki... aunque mucha resistencia no pusiste ja, ja, ja, ja.
Te mando un gran abrazo.