Crítica: El gran Gatsby



Jugarse todo

Baz Luhrmann es un director con una voz y una mirada propias, que no deja de contar las historias a su manera. Y su manera es la mezcla entre el clasicismo de Hollywood y sus historias de romance épico por un lado, y por el otro un estilo visual y dinámico de libertad y espectáculo, con una edición frenética y casi de videoclip.

En "El gran Gatsby" todo eso está de manifiesto. Y el resultado es más desparejo que en entregas anteriores, por tratarse de una historia con dos momentos bien diferentes: primero el espectáculo, la seducción del mundo desenfrenado de los 20s, y luego el romance trágico.

El problema en esta película es justamente ese: son dos aspectos que no terminan de coexistir armónicamente, como una especie de bipolaridad.

Por el lado del elenco, Tobey Maguire lleva adelante el relato con toda la honestidad que su personaje merece. Y luego está DiCaprio, que tiene el carisma necesario para ser un Gatsby con todas las letras. Sí, admito que muchos "old sport" suenan forzados, pero es parte de la esencia de Gatsby.

No tan buena suerte tiene Carey Mulligan, que no logra hacer que su Daisy tenga el encanto necesario. Como audiencia deberíamos enamorarnos de ella tanto como Gatsby. Pero no, porque Daisy no tiene nada que nos permita perdernos en sus encantos.

La música moderna, la edición rápida, los efectos visuales, agregan atractivo, y no juegan en contra de una historia de época, sino que la vuelven dinámica e interesante. Este aspecto, el director lo tiene más que controlado. Sí, cuesta un poco acomodarse, y la historia no parece terminar de empezar a contarse. Pero luego, cuando baja la intensidad, se empieza a extrañar.

Párrafo aparte merece el diseño de producción (escenografía, maquillaje, vestuario), que son de primer nivel y dan a la película una apariencia extraordinaria. Luhrmann está jugando en primera, y se nota.

Tratando de entender dónde es que no termina de tener éxito "El gran Gatsby", creo que es en la épica misma del romance. A todas luces se trata de una tragedia clásica, con los elementos básicos de la misma, y está todo en pantalla, pero no en nuestros corazones.

En ese sentido, es una película despareja, que lucha con los tonos y no termina de armonizarlos. Pero no se puede decir de ninguna manera, que no se trata de una película ambiciosa.

En un mundo lleno de películas hechas casi de fábrica, sin riesgos, sin identidad, "El gran Gatsby" demuestra una ambición más que bienvenida, y que se puede tener éxito o fallar, pero lo importante sigue siendo buscar que el cine sea arte.

[***1/2 / *****]

Comentarios

andal13 dijo…
Hmmm... No me gustó la de Jack Clayton (tuve que buscarlo, no lo tenía presente) aunque la vi hace mil años, y no me tienta ver esta. Que Leo me perdone, pero creo que esta vez paso (me refiero a ir a verla al cine, obvio).
No pongo en duda la calidad de la factura, que seguramente es de primera.

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