Volviendo...

Debería hacer un post mucho más comprensivo, detallado, verborrágico sobre mi visita a Buenos Aires para (entre otras cosas, pero principalmente) asistir al concierto del domingo de la gira Sticky & Sweet de Madonna.

La verdad, no estoy en condiciones de hacerlo. Me parece un poco tonto tratar de explicar algo que resulta casi inexplicable con palabras. Sólo puedo decir que fue algo espectacular, que la mina canta, baila, salta, salta la cuerda, toca la guitarra, canta a capella...

Cuando Madonna cantó una parte de "Don't cry for me Argentina" había electricidad en el aire, y se me puso la piel de gallina. El otro momento alto fue con "Like a Prayer", en la que el estadio entero saltaba...

Me preocupaba que podía pensar Damián, que, como dije, no es fanático número uno. Así que, cuando terminó, me di vuelta, lo miré y le dije: "¿Y?". Me respondió: "¡Increíble!". Creo que ya está todo dicho.

Además del concierto, tuvimos, en nuestra visita relámpago, oportunidad de ir a Starbucks y de hacer un poco de patinaje sobre hielo. De estas últimas, prometo algo más extenso y con imágenes, pronto.

Nos leemos.