Crítica: The Wrestler (El Luchador)

La sangre derramada

Darren Aronofsky es un director brillante, audaz, poco convencional, y su nueva película, "El Luchador" sea quizás lo más parecido al cine mainstream de su carrera.

"El Luchador" es un retrato de un hombre que acarició la gloria, la disfrutó 20 años atrás, y ahora trata desesperadamente de no perderse, de que su decadencia no sea total.

En el papel principal tenemos a Mickey Rourke. Su interpretación de Randy "The Ram" Robinson (en realidad Robin) es absolutamente impresionante. Rourke se funde en el papel, desaparece completamente, creando un personaje que se ve y se siente real, no a base de tics o acentos, sino de una completa mimetización, hasta los más mínimos detalles.

Y es interesante, además, porque Randy no cumple un arco dramático convencional, lo que eleva al film por sobre unas cuantas historias tan trilladas.

Aronofsky nos muestra un extracto de la historia de este personaje, nos enseña sus virtudes y sus miserias, desnuda al personaje completamente para que lo veamos tal como es, pero no lo juzga ni lo redime (porque sólo se puede redimir aquello que fue juzgado).

En ese punto, pero no sólo allí, "El Luchador" es una película valiente, que escapa a los clichés a los que nos tiene acostumbrados Hollywood.

La cinta está filmada en un tono cuasi documental, con una apariencia granulosa, áspera, que al principio puede resultar un poco incómoda, pero que ayuda a crear el ambiente. A eso se le debe sumar la música, que es parte integral del personaje y su entorno, que reflejan su historia personal y su esencia.

La lucha, la sangre, los rings improvisados, los bares, los trailer parks... todo forma parte de ese microcosmos del personaje, retratado de una forma honesta y real.

"El Luchador" es una de las películas de (de)construcción de un personaje más auténticas de los últimos tiempos, basada en un guión sólido y si fisuras, una dirección muy inteligente, y un excelente elenco, encabezado por un Mickey Rourke inolvidable.

Una muy buena película, de esas que no se pueden pasar por alto.

[**** / *****]
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