Crítica: Harry Potter and the Half-Blood Prince

Hogwarts al desnudo

Para comenzar, permítanme decirles que HP H-BP es una película diferente. ¿En qué sentido? En que parece carecer de hilo conductor, o tal vez más que eso, quizás sea que no se puede sintetizar fácilmente en una frase.

Esto es bastante atípico, sobre todo en un producto de alto presupuesto, que busca llegar a una audiencia masiva. Habitualmente se trata de "películas de concepto", en las que una idea enorme vende el producto.

Lo que pasa en este 6º año en Hogwarts es un compendio de cosas, algunas más y otras menos "grandes". Romances, misterios, descubrimientos, en una historia puente, porque empieza donde termina la anterior, y prepara el camino para el final.

Más que nunca, entonces, HP H-BP se dedica a mirar a sus personajes. Rara vez se vio un "blockbuster" que se dedique tanto a eso.

Daniel Radcliffe, históricamente el eslabón más débil del trío protagonista, renace cual fénix, y se adueña completamente de su personaje.

Daniel es Harry, por lo menos una versión propia, completa, coherente. Rupert y Emma entregan excelentes trabajos entre la comedia y el drama (casi que respectivamente), y a ellos se suman los secundarios, que cobran más importancia en esta entrega de la serie que en las anteriores (Bonnie Wright, en particular, que le da una nueva dimensión a Ginny).

Los adultos son todos muy buenos, incluyendo a Michael Gambon, que por fin encuentra a Dumbledore. Jim Broadben es la nueva adición, más que bienvenida.

Parece contradictorio que en la película en la que el viaje de Harry es el más solitario, sea aquella en la que más se detenga la cámara en mostrar el mundo de Hogwarts.

Faltan, sí, muchas cosas del libro, pero, como observé en "La Orden del Fénix" y lo confirmo aquí: David Yates tiene la capacidad de poner en imágenes, el estilo de Rowling, capturando momentos íntimos, el humor bien inglés de la serie, el ambiente del colegio.

La fotografía es hermosa (el DP es Bruno Delbonell, de Amelie). Los efectos están mejor que nunca, cargados de realismo y belleza, y las actuaciones, como dijimos, sólidas. Hasta la música sube la apuesta, y está al nivel de la compuesta por John Williams.

Es muy posible que quienes vayan al cine sin conocer mucho de la serie (o la conozcan sólo por las películas anteriores) se sientan un poco desconcertados, y echen en falta la acción de otros tanques hollywoodenses (la película tiene sorprendentemente poca acción). Para los otros, puede ser una oportunidad única para detenerse y absorber todo lo que Hogwarts tiene para ofrecerles.

[**** / *****]