Crítica: Super 8

Como las de antes

"Super 8" existe en un universo aparte, distinto. Existe en ese universo de las películas de Spielberg de fines de los 70s y los 80s, las que dirigió y las que produjo bajo el sello "Amblin" (que reaparece en esta película, como una especie de sello de pertenencia).

En ese grupo de películas existía casi siempre algún elemento extraordinario, que llevaba a los protagonistas a un lugar impensado, pero esa era la historia, que es lo que se cuenta, pero no "de lo que trata".

Porque "Super 8" trata de la amistad, del primer enamoramiento, de la pérdida, de la superación, de padres e hijos, del aprendizaje, la libertad, el cine... El choque del tren, la criatura escapada, es sólo un McGuffin, un catalizador para contar lo que realmente importa. Eso, señoras y señores, es el cine.

J.J. Abrams es, a esta altura, un talento indiscutible. Su trabajo tanto en televisión como en cine, es destacable. Aquí, de su mano surge una película contada con oficio, con un ritmo diferente al cine frenético de hoy en día. Su estilo visual, con abundancia de flares (reflejos de luz en la lente) es muy personal, y se acopla perfectamente al tono de la historia.

A su cargo, un elenco joven de gran labor. Se hace difícil creer que esta sea la primera película de Joel Courtney, el protagonista. Su mirada transmite todo. El resto del grupo de amigos hace, también, un gran trabajo. Como en aquellas películas, cada nene es un personaje distinto, con sus gustos, sus idiosincrasias, sus fortalezas y debilidades.

Después está Elle Fanning. Su trabajo aquí es espectacular. Tanto en la escena de la estación de trenes, como en ese momento sublime en el que aparece el viejo film con las imágenes de la madre de Joe, Elle se luce. Es fácil entender por qué el protagonista se enamora de ella, porque la cámara hace lo propio.

Y finalmente Kyle Chandler. Para quienes seguimos "Friday Night Lights" durante cinco temporadas, no es novedad: Kyle Chandler transmite integridad. Aun en este personaje que se equivoca, que tiene sus propios monstruos con los que luchar, le creemos que quiere lo mejor. Es el nuevo "everyman", que esperemos tenga más chances de lucirse en otras películas.

La música de Michael Giacchino funciona perfectamente y la banda sonora "real", tiñe de nostalgia y nos pone una sonrisa en el rostro.

Abrams juega con la expectativa. No se excede en los efectos especiales (sólo en la escena del descarrilamiento, puede hablarse de ostentación visual), ni cae en la tentación de hacer una película centrada en el monstruo. Los tiempos son los de antes. Como en "Tiburón", el antagonista no se ve hasta que es necesario. En estos tiempos de gratificación instantánea, es una elección bienvenida.

En definitiva, "Super 8" es una película entrañable, de esas que se pueden volver a ver una y mil veces, ideal para ver con los chicos, porque es una droga de entrada a ese mundo cinematográfico que definió a una generación.

Imperdible.

[**** / *****]

Comentarios

Sof dijo…
esto aumenta mucho mis ganas de verla ^^
Martín dijo…
Andá a verla. En serio vale la pena =)
A mi super8 me parece un quiero y no puedo. Un intento de aproximarse al espíritu de películas ochenteras del estilo ET o los Goonies, pero se queda en eso, en un intento.
La historia está manida hasta más no poder y los personajes de los niños son arquetípicos hasta la nausea: el gordo listillo, el pequeñajo cabroncete, el prota que acaba de sufrir una desgracia y la chica guapa.
Entretenida es, pero desde luego, cualquier comparación con las ya mencionadas ET, los Goonies o Cuenta Conmigo, por ejemplo, es un auténtico insulto.

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