Pasado imprevisible

Hay cosas que pasaron una vida atrás. No hay otra forma de explicarlo. Basta ponerse a pensar, a revisar lo dicho, lo hecho, lo que no se dijo, y parece que fuera un mundo diferente.

Es tan distinto todo, tan extraño y alejado de la realidad, que cuesta reconocerse.

¿Cómo conseguir la bola de cristal? ¿Cómo prever lo que iba a pasar? ¿De qué manera saber cómo iba a ser todo, cómo iba a cambiar la historia, qué final se precipitaría? ¿Cuánto de ese camino lo hice yo, y cuánto simplemente vino?

Si me viera a mí mismo desde ese tan lejano pasado reciente, no sé si me reconocería, tampoco.

Cosas pasaron, buenas y malas. Se cometieron errores y hubo aciertos. Pero, ¿cuáles son unos y otros, si el final nunca es tal, y cuando lo sea, no lo podré apreciar? ¿Qué tan malo es lo malo, si es condición previa y necesaria para lo que vino después?

La perspectiva cambia todo, cambia incluso el pasado, inmutable sólo para quienes no pueden ver que la historia no es nunca la misma, es una historia nueva, cada vez que se la cuenta.

Comentarios

andal13 dijo…
Una de las cosas que más me fascina -y a la vez me inquieta- es esa imposibilidad de saber qué hubiera pasado si B en lugar de A. Y está también esa sensación no menos inquietante de otridad cuando analizamos ciertas circunstancias del pasado, y no nos reconocemos en determinadas acciones o palabras que sin embargo, sí hicimos o dijimos.

Ta, y basta de filosofía barata por hoy, que tuve un día fatal, Bienal de arte incluída.

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