Crítica: Iron Man 3

Baile de máscaras


A diferencia de Bruce Wayne y Batman, o de Clark Kent y Superman, Tony Stark y Iron Man no son dos personajes distintos, y Tony es la parte importante, el centro.

Shane Black (gran guionista, aquí en su segunda vez como director) lo entiende perfectamente y cuenta la historia siempre desde el punto de vista de Tony. El traje es un accesorio, es una armadura para Stark, pero no debería ser nada más. Salvo en esta película, en la que también es una adicción.

A tal punto el centro es Stark, que los momentos en los que lo vemos con el traje puesto son más bien escasos, y no se siente la falta, porque Iron Man no es tan solo un estado.

La personalidad del protagonista sirve de impulso a la historia, y su relación con cada uno de los personajes que van apareciendo en pantalla, es la que da la tónica del desarrollo de la película, que tiene tanto de acción y drama como de comedia.

La historia está contada desde la comedia (gran acierto) y eso la despega de otras de superhéroes, sin restarle seriedad al asunto, sin que se sienta que no se juega nada importante. Ese es uno de los grandes puntos fuertes del universo Marvel, en el que cada película tiene sus propios códigos, y es contada en el tono que mejor convenga al héroe de turno.

Robert Downey Jr. es, por supuesto el alma del protagonista y la película. En su capacidad de cancherear sin perder humanidad, reside el éxito de la cinta. Sí, está lleno de sarcasmo, pero no le falta corazón. Obviamente no está solo. Con él están Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pierce, Jon Favreau, entre otros, todos de muy buena tarea, haciendo el contrapunto necesario.

Y después está Ben Kingsley, en el papel de El Mandarín, que simplemente la rompe. No hay mucho más para decir, porque no vale la pena adelantar nada, pero su actuación rompe con unos cuantos preconceptos, y agrega una capa más de complejidad al asunto.

Tony y Pepper, Tony y Rhodes Tony y Harley, el nene que lo ayuda en el medio de la nada. En base a esas parejas y sus intercambios de genialidades del guión, todos perfectos, justos, dinámicos, se arma la historia en la que las escenas de acción son disfrutables (acción bien filmada, con sentido de la geografía y el movimiento), pero son la frutilla de la torta.

Quizás pueda haber algún hueco en la trama, que tantas líneas trae, y que resultan casi inevitables en un mundo tan complejo en el que esta película convive con otras seis, más todas las que están por venir, pero en el goce lúdico, en el disfrute mismo de la acción, cualquier problema se vuelve irrelevante. Iron Man 3 es cine en estado puro.

Sí, al final quizás hay algún exceso, en pos de la espectacularidad, y sí, si uno empieza a darle muchas vueltas al asunto puede que llegue a tener dudas sobre si todos los problemas por los que pasa Stark son necesarios o eran perfectamente evitables/solucionables. Pero nada de eso importa demasiado, porque Iron Man 3 es 100% disfrutable, entretenida, dinámica, con corazón pero sin caer en el sentimentalismo, y quizás la mejor película del universo Marvel hasta ahora.

Imperdible.

[**** / *****]

Comentarios

andal13 dijo…
Me gustó bastante menos que las dos anteriores (incluso me reí menos) y me pareció excesivamente larga por momentos. Extrañé la banda sonora, además.
Sí coincido en las actuaciones, y en la estética, que más allá de la espectacularidad, es muy bella, incluso en el horror.
Dr. Gonzo dijo…
Tengo un tema con el desenlace y es relativo a las anteriores. Creo, no se si en la primera o algo así, que apareció la mano del Mandarín antes, no es así?
Y en ese caso no me cierra mucho.
Saludos, FABRO.

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