Crítica: Thor: Un mundo oscuro
Lo esencial son los secundarios
Lo que está haciendo Marvel con sus películas, no es nada para tomar a la ligera. En ciertos aspectos es muy bueno, en otros no tanto, pero sin duda es algo que no habíamos visto hasta ahora. Espero desarrollar el tema en un post a propósito de ello, si a alguien le interesa.
Mientras tanto, algo que sí viene muy al caso es que cada personaje, y cada película en sí, tiene su tono, diferente a los demás, único. En las de Thor, tanto la primera, como en esta más reciente, hay una mezcla entre un tono grandilocuente y shakesperiano, y el humor. En la nueva, ese último aspecto es quizás aun más importante.
"Thor 2" vive y lucha gracias a sus personajes, y es más, quizás no tanto por el protagonista, sino por los secundarios, por cómo interaccionan, su frescura y su humor.
Sin dudas que Tom Hiddleston como Loki es ya un favorito, pero el trabajo de Kat Dennings (Darcy), Stellan Skarsgard (Erik Selvig) y Natalie Portman (Jane Foster) es fundamental para que lo que pasa en pantalla nos importe y sea disfrutable.
Porque el problema que sí tiene la película es que no hay ningún riesgo. Casi sabemos exactamente lo que va a ocurrir en todo momento. En parte podría decirse que ser parte de ese universo Marvel impide tomar decisiones drásticas que alteren el curso necesario de los acontecimientos, pero por momentos es demasiado evidente.
Entonces lo que queda es dejarse llevar por la acción, el movimiento, el humor, y los aspectos que hacen humanos a los personajes en pantalla.
Sin una dirección particularmente destacable, y tampoco una historia que rompa con ningún esquema, es en los personajes que "Thor 2" sale triunfante.
Buena y sobre todo disfrutable.
[***1/2 / *****]
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