Crítica: The Imitation Game
Imitation games
Cada película debe ser juzgada por sus propios méritos. Partamos de esa base necesaria, esa conditio sine qua non, que hace a la esencia de una crítica.
Pero no nos olvidemos que, también, cada película existe en un contexto, es parte de una realidad, tanto mundial como de la cinematografía en concreto.
Todo esto para decir que ver "The Imitation Game" después de ver "The Theroy of Everything" puede ser distinto a verlas en el orden inverso.
Porque ambas son la misma película. Claro, por supuesto, tienen diferencias en sus protagonistas, en su iluminación, ambientación, y otra infinidad de pequeñas cosas, pero son innegablemente parte del mismo cine.
Aquí es Benedict Cumberbatch quien se luce en su papel de Turing (o quien la película dice que era Turing, esa es una discusión cinematográficamente irrelevante), como lo hacía Redmayne interpretando a Hawking. Bien, si tengo que elegir, diría que el de Redmayne es un trabajo más logrado, más impresionante, pero ambas películas descansan mucho en su actor principal.
Ambas pertenecen a un mundo de biopics prearmadas, en las que se pueden lucir los buenos actores, y que logran, con mayor o menor suerte, contarnos los avatares de sus protagonistas rumbo a la trascendencia.
Cuando se hace bien, se logra hacer "A Beautiful Mind". Cuando se hace mal, se consigue "The King's Speech". Y con eso quiero decir, también, que hay mucho trabajo en pos del Oscar en todas las películas señaladas, y que la estatuilla no se obtiene siempre con méritos artísticos (en serio, nunca nadie va a poder explicarme el premio a mejor director de Tom Hooper).
Entonces caemos en la comparación. ¿Es mejor "The Imitation Game" que "The Theory of Everything"? En algunos aspectos. Por ejemplo, parece ser dirigida con mayores ambiciones artísticas. En otros, como las actuaciones o la música, el punto va para la de Hawking, que además cuenta con el factor "X", ese que la hace ser más entrañable.
En definitiva, la crítica de "The Imitation Game" se resume a eso: por un azar del destino le tocó ser para quien les escribe, la imitación de otra película reciente. No es mejor, ni es peor. Es distinta en lo pertinente, quizás no tan inmediatamente querible, pero igualmente competente.
Ahora, la ambición la dejamos de lado, ¿no?
Comentarios
En síntesis, ambas películas no son grandes ni particularmente buenas, pero valen verse, por los personajes que retratan y por los excelentes trabajos actorales de quienes los representan.