Sin voz

Miro el blog abandonado, y me da tanta lástima como culpa. Me recrimino a mí mismo por el abandono, y me prometo, inútilmente, mejorar.

Miro cosas del pasado y veo las notas del dolor y la angustia, que me impulsaban a escribir y a publicar. Veo las entradas que decían una cosa en negro sobre blanco, y otras tantas más entre líneas.

Y me pregunto si será que ya no es el lugar para mí. No puedo evitar preguntármelo. Pero, al mismo tiempo, siento el impulso, la necesidad, las ganas de volver a teclear y armar, construir, hilvanar.

¡Y yo qué sé si tengo algo para decir o no! Probablemente sí, pero esta versión de mí no sabe bien cómo hacerlo. No tengo todavía claro cómo se conjuga este yo distinto con este blog que surgió y vivió en otras épocas, en otro mundo.

Me alegro, igualmente, de necesitar escribir, pero no de la misma forma que antes. Escribir como arma creativa, como búsqueda de la expresión y la forma, pero no como escape, no como refugio.

Estoy tratando de aprender a encontrar ese equilibrio. Tengo ideas. Tengo ganas. Sólo necesito encontrar mi nueva voz.

Seguiré buscando. Espero seguir escribiendo.

Comentarios

andal13 dijo…
Me parece que somos unos cuantos los que estamos medio disfónicos, y tratamos de encontrar una nueva voz.
Claro que es un consuelo de tontos...

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