Ganamos!
Pensar que si hace un mes nos hubieran dicho que estaríamos entre los cuatro mejores, no lo hubiésemos creído...
No me quiero detener demasiado en el tema del fútbol. No soy el más capacitado para opinar, pero lo que se dio en las últimas semanas fue algo más que táctica y técnica.
Tampoco quiero ser hipócrita. Hace unos dos años, casi me negaba a ver partidos de las eliminatorias. No me gusta ver que los equipos que apoyo no jueguen a ganar. Eso pasó. Búsquenlo. Están los videos.
Pero algo cambió. Eso es indiscutible.
Hoy terminé un poco triste, es inevitable, pero lo que pasó el viernes 2 en el partido contra Ghana fue algo único, algo que se da cada 60 años. Pocas veces me pasó de volver a ver repeticiones de un gol y emocionarme al borde de las lágrimas.
No nos engañemos. No fuimos los mejores del campeonato, y sí, quizás hubo alguna jugada dudosa y algo tendencioso en el arbitraje del partido contra Holanda, pero ellos jugaron mejor que nosotros. Y sin embargo, terminaron pidiendo la hora. ¿Por qué? Por el espíritu, la garra que le metieron los jugadores uruguayos, por no bajar nunca los brazos y no dar por perdido nada.
Lo importante no fue el fútbol como técnica, lo importante fue el corazón, y eso es lo que más tuvo eco en la gente. Gente que festejó en las calles, que lloró de felicidad (y ahora también de tristeza) porque hubo una verdadera comunión.
Quizás los uruguayos no pidamos a nuestra selección que juegue muy bien, pero le pedimos que dé todo lo que tiene. Y eso hicieron.
No tengo dudas que el lunes 12, la selección va a ser recibida por una multitud que los va a ovacionar. Yo no voy a estar. Trataré de verlo por la tele.
Lo que tenemos que haber aprendido de todo esto es que luchando, dando todo, entregándose 100%, quizá no se llegue a lo más alto, pero se gana igual.
El éxito no es sólo salir primero.
No me quiero detener demasiado en el tema del fútbol. No soy el más capacitado para opinar, pero lo que se dio en las últimas semanas fue algo más que táctica y técnica.
Tampoco quiero ser hipócrita. Hace unos dos años, casi me negaba a ver partidos de las eliminatorias. No me gusta ver que los equipos que apoyo no jueguen a ganar. Eso pasó. Búsquenlo. Están los videos.
Pero algo cambió. Eso es indiscutible.
Hoy terminé un poco triste, es inevitable, pero lo que pasó el viernes 2 en el partido contra Ghana fue algo único, algo que se da cada 60 años. Pocas veces me pasó de volver a ver repeticiones de un gol y emocionarme al borde de las lágrimas.
No nos engañemos. No fuimos los mejores del campeonato, y sí, quizás hubo alguna jugada dudosa y algo tendencioso en el arbitraje del partido contra Holanda, pero ellos jugaron mejor que nosotros. Y sin embargo, terminaron pidiendo la hora. ¿Por qué? Por el espíritu, la garra que le metieron los jugadores uruguayos, por no bajar nunca los brazos y no dar por perdido nada.
Lo importante no fue el fútbol como técnica, lo importante fue el corazón, y eso es lo que más tuvo eco en la gente. Gente que festejó en las calles, que lloró de felicidad (y ahora también de tristeza) porque hubo una verdadera comunión.
Quizás los uruguayos no pidamos a nuestra selección que juegue muy bien, pero le pedimos que dé todo lo que tiene. Y eso hicieron.
No tengo dudas que el lunes 12, la selección va a ser recibida por una multitud que los va a ovacionar. Yo no voy a estar. Trataré de verlo por la tele.
Lo que tenemos que haber aprendido de todo esto es que luchando, dando todo, entregándose 100%, quizá no se llegue a lo más alto, pero se gana igual.
El éxito no es sólo salir primero.
Comentarios
Claro que no somos los mejores desde el punto de vista técnico-táctico, pero desde que yo me acuerdo no ha habido una selección uruguaya que haya jugado tan bien como equipo, con esfuerzo y entrega, sin divismos. Con la cabecita bien puesta, eh, como dice el Toto (bah, no sé qué dirá ahora, jijiji!)
Contra Holanda me quedé con mucha pena en el corazón, porque creo que podíamos haber ganado, con empate, con alargue y porqué no, unos buenos penales. Pero ver a Holanda, ver a un grande pidiendo que se termine el partido, es una hazaña digna de David contra Goliath.
Yo tampoco puedo hablar de fútbol, sería un total atrevido, pero mi traje arácnido es de color celeste.
Nunca había vivido algo igual (y eso que he vivido más que ustedes dos).
Yo fui uno de los que no pudo ver los penales (ni el de Ghana en el minuto 120) porque tenía miedo de colapsar frente al televisor, y también de los que, al final, se emocionó.
Está bueno que haya un clima como el que hay, de alegría y esperanza... conceptos que parecen casi extraños al Uruguay que conocemos.
Así que, en definitiva, más que contento.
En el 2014 vamos por el maracanazo 2!!! =) Jajaja.