Crítica: Blue Jasmine
Veritas liberavit vos
En su más reciente película, Woody Allen nos habla sobre la verdad, tanto por su presencia, como por su ausencia, sobre cómo mentimos y las mentiras no son sólo a los demás, sino a nosotros mismos.
Plantea, sobre todas las cosas, que la mentira, la falta de honestidad, tiene consecuencias que pueden ser reversibles o no, y habla sobre cómo en cada momento tenemos la posibilidad de elegir vivir en la verdad o no.
Cate Blanchett hace un trabajo estupendo como "Jasmine", que en realidad es Janette, porque tan lejos llega su mundo ficticio. Su personaje es perfectamente creíble en todas sus dimensiones, en sus pretensiones de grandeza y su lejanía con la realidad, que se hace cada vez más notoria.
El resto del elenco acompaña en buena forma, con un Alec Baldwin que es un chanta perfecto y carismático.
Debo admitir que por momentos temí que la película se dejara llevar por ciertos facilismos de ricos mentirosos vs. pobres honestos, idea con la que el director coquetea más de una vez, lo que no deja de ser un poco simplista (ni que hablar de un poco hipócrita).
Si "Blue Jasmine" es imperfecta, es por esa tendencia, que igualmente no es dominante, ya que la mayor dicotomía está en cómo deciden vivir sus personajes. Son las decisiones las que realmente importan. El otro mayor problema es que todo está planteado desde el principio, y no se arriba a mayor conclusión que las del comienzo del metraje. Hay una proposición principal, y todo lo posterior será el desarrollo de la misma. En cierto sentido, Allen parece no saber del todo cómo terminar la película.
Pero Blanchett construye un personaje tan perfectamente humano y fallido, y la lucha entre las mentiras y verdades se siente tan real, que vale la pena verla.
Recomendable.
Comentarios
Se verá cuando ande en la web.
Besos
Si la Blanchett no gana el Oscar, SE QUEMA TODO.
Andrea: agarramos las antorchas y vamos para Jóligud!