Crítica: Relatos Salvajes


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Leí en alguna crítica que Damián Szifrón ve el mundo a través del cine. Y me parece una idea interesante y compartible. El cine (y también la televisión) de Szifrón se arma en clave cinematográfica, creando un mundo absolutamente verosímil y fantástico. Lo que se ve, entonces, es una lectura de la realidad a través de la reinterpretación en clave de cine.

A ver si me explico más claramente: los mundos que crea el director no son del realismo típico del cine argentino (ni del sudamericano), sino que están más a gusto en ese universo paralelo del cine norteamericano. Ya voy a hablar un poco más sobre ese punto, pero antes, para dejar más claro, hablemos un poco de algunos de los relatos salvajes.

Cada relato existe en un lugar específico. Sus personajes son verosímiles, hablan como personajes reales (Szifrón es muy hábil escritor, y también posee un muy buen oído, claramente), y se comportan dentro de las claves de verosimilitud que les da el relato en sí. Asimismo, todos los relatos ocurren claramente en Argentina. Pero es una Argentina poco específica, casi neutra, salvo en las necesidades del guión (como en el relato que transcurre en una casa, en la que se señala específicamente y en forma casi innecesaria San Isidro, como elemento determinante de un contexto socioeconómico). Lejos está el costumbrismo acostumbrado (valga la aliteración) de otros directores.

Como decía, el mundo del director no es necesariamente el real. Es un reflejo, un espejo de nuestras realidades. Es esa relectura del mundo real a través del absurdo de las historias, que llevan la cotidianeidad a los extremos, hasta que los rompen.

Szifrón filma como casi ningún director de cine argentino (quizás el fallecido Bielinsky), con la precisión milimétrica del (buen) cine norteamericano. Ni que hablar que sus influencias están a flor de piel (el tercer corto le debe tanto o más a Spielberg, que la nueva de Godzilla). Esa forma de contar, lejos del costumbrismo, con un montaje y posicionamiento de cámara, con un lenguaje claramente "americano", no hacen a la película menos argentina, sólo más accesible, quizás a un público internacional.

Porque nada grita más argentinidad que el corto en el que el protagonista es Darín, en el que se da la gran recompensa a la violencia desatada. Porque el malo es el sistema, y la rebelión es aplaudida. En un thriller argentino, la ley y el orden casi que no pueden ser los buenos. Los valores (además de los diálogos, como dije) son de una argentinidad apabullante. Szifrón logra, con sus modos "yanquis", hacer una película 100% argentina desde la humanidad de sus personajes. Creo que sólo allí, el plano final de ese relato puede haber surgido.

Por el lado actoral, el elenco es demasiado bueno. No se le puede pedir menos que la excelencia, y la verdad que todos cumplen con creces. Cada uno perfecto, aun con participaciones muchas veces brevísimas, por los condicionamientos del formato.

Es cierto que el conjunto tiene altibajos. El primer relato es un poco corto y quizás el más absurdo (aunque su plano final hace que valga la pena todo, y pone el tono para lo que vendrá). El segundo relato, en un restorán perdido es excelente, con grandes dosis de Hitchcock y humor negro. El tercero (y quizás técnicamente el mejor) es la versión Szifrón de "Duel", la de Spielberg. El cuarto corto es la fantasía argentina, también con mucho humor. El quinto corto tal vez sea el más flojo, sobre todo por no generar real tensión. Y el último es el que probablemente sea el favorito de muchos, con una gran factura técnica y excelentemente actuado.

La unidad temática es lo suficientemente ligera como para que los relatos no se sientan reiterativos. En ellos, los lugares de quienes se comportan salvajemente varían, y hay salvajes en el fuera de campo, héroes y villanos. También, es cierto, existe una cierta falta de honestidad en la representación de la violencia desatada. Pero se le perdona, porque simplemente suena a posterior racionalización de algo que en el momento no importa realmente.

En definitiva, se trata de una antología despareja pero genial, con momentos muy altos, grandes actuaciones y muy bien filmada. No imagino un futuro en el que Szifrón no siga filmando, quizás  incluso afuera de fronteras.

[**** *****]

Comentarios

andal13 dijo…
Comparto la opinión acerca de la calidad técnica de la película (desde las actuaciones a la banda sonora, pasando por la fotografía y hasta diría la presentación), pero la película me resultó un mero entretenimiento -lo cual no es menor, claro- o si querés, una divertida comedia de humor negro, y nada más. Tal vez fui con demasiadas expectativas -el avance prometía, a mi juicio, mucho más- y me dejó con gusto a poco en lo que respecta al contenido, y no, reitero, a la factura, que es casi impecable. ¿Y sabés qué me pasó? Que en casi todas las historias (excepto la de Oscar Martínez, la más "real" pero por ello la más previsible) el absurdo es de tal magnitud que me impidió "creerme" lo que pasaba, por lo que la supuesta violencia extrema -el "salvajismo" de los relatos- me resultó ridícula.
Pero para gustos, los colores.
Anónimo dijo…
fuiste a ver una película argentina????? me decepcionaste...
Martín dijo…
Andrea: y bue... qué se le va a hacer!

Ignacio Miguel: y justo que yo vivo pura y exclusivamente para darte orgullo!

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