Crítica: Batman v Superman
Why so serious?
[*1/2 / *****]
En el capítulo anterior de la saga de Zack Snyder al frente del nuevo universo cinematográfico de DC, vimos cómo creó una película llena de frases e imágenes grandilocuentes, pero carente de personajes. Además, fuimos espectadores de una de las mayores traiciones a la esencia de un personaje ya mitológico. Cabría preguntarse, entonces, si en esta nueva entrega se corrige el rumbo.
La respuesta es que no. Snyder sigue contándonos sobre sus personajes a través de percepciones, a través de lo que otros ven de ellos, si los admiran (muy poco), si les temen (de esto hay bastante), si planean destruirlos (motivos no faltan). Pero nunca se permite, nunca NOS permite, acercarnos, comprenderlos en su esencia.
En parte esto es ya que nunca se comportan como seres pensantes y tridimensionales.
No quiero entrar demasiado en el tema del código de ética de ambos personajes fuera de esta encarnación puntual (y de cómo se lo traiciona una y otra vez), porque, en definitiva, hay que darle a la película la chance de presentarnos su versión, que puede ser tan válida como cualquiera. Pero no se puede aceptar que se sigan creando no-personajes, que actúan a impulsos, que son tan inteligentes como estúpidos, de acuerdo a las necesidades de cada momento del guión. Guión que, por otra parte, es un caos absoluto, de escenas inconexas sólo unidas por un tono depresivo.
En una película correctamente armada, las cosas pasan como consecuencia de las anteriores, la narración fluye en un sentido, pasa A, entonces por eso pasa B y por eso pasa C; en "Batman v Superman", las cosas pasan porque tienen que pasar, punto, y si el guión necesita que Superman se entere cada vez que Lois está en peligro, no hay que justificar cómo, ni por qué. Se entera. En el momento exacto.
Por las dudas, se agregan, además, escenas difíciles de comprender y con un propósito difuso (hay un sueño dentro de un sueño, pero que quizás no sea un sueño sino una premonición, pero cómo podríamos saberlo y qué tiene que ver con nada... vaya uno a saber).
Por las dudas, se agregan, además, escenas difíciles de comprender y con un propósito difuso (hay un sueño dentro de un sueño, pero que quizás no sea un sueño sino una premonición, pero cómo podríamos saberlo y qué tiene que ver con nada... vaya uno a saber).
"BvS" además de contar la historia de sus personajes sustentada en conocimiento que traemos de afuera y no en lo que nos dice la misma película, trata de contar la historia del nacimiento de la Liga de la Justicia. ¿Cómo? De la manera más artificial posible. Los creadores quieren darnos la información, plantar las semillas de lo que vendrá, y simplemente lo hacen. ¿Tiene relevancia al resto del metraje? No, ninguna.
Henry Cavill no es mal actor, pero no puede ser Superman. Con él, no hay contraposición posible a Batman. Es igual de oscuro, igual de sufrido. Affleck hace un buen trabajo, considerando el material que tiene. Hace bien de Bruce y bien de Batman, o por lo menos luce bien haciendo malabares con un guión que lo pinta de psicópata asesino e impulsivo.
Lex Luthor... bueno, cuanto menos digamos de la actuación de Jesse Eisenberg, mejor, porque todavía me duele. Demasiado.
A todo esto: ¿y la pelea? ¿Y la acción?
Digamos que a "Man of Steel" la salvaba una media hora (quizás más) de acción final, que si bien era moralmente cuestionable, era innegablemente intensa. Aquí, ni eso. La acción no está bien filmada (mucho corte, poca geografía, oscura, muy, muy oscura), no atrapa, nada sorprende del todo y no hay sentido de que se juega algo grande.
Al final, pareciera haber un momento de esos que cambian la historia para siempre (aunque causado por la estupidez de los propios personajes, por supuesto), pero obviamente Snyder se arrepiente de la única cosa quizás interesante en su propuesta.
El resultado es un producto visualmente gris (o marrón) y feo, larguísimo, incoherente en su narrativa y en las acciones de sus personajes, carente de sentido de la diversión y la aventura, y que no da ganas de seguir viviendo en ese universo.
Una pena.
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