Crítica: Halloween, el comienzo
Rob Zombie trata de actualizar la vieja Halloween, en una especie de remake que toma el conflicto principal que se vio en la original, y le agrega un background nuevo, más información. En el proceso, cambia el foco que tenía aquella en el personaje de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y lo pone en Michael Myers.
Para Zombie es la figura de Myers la que importa, nos lleva a la infancia, nos muestra su familia y su escuela, y su “evolución” en el asesino psicópata que todos conocemos y disfrutamos.
Estamos, entonces, ante una película cuyo problema principal es la idea en sí. Myers es un personaje icónico conocido también como “the Shape”, porque es un personaje del que no sabemos nada, que nos resulta impredecible e inaccesible. El director cree que saber más del personaje lo hace más terrorífico. No es así, nadie quiere ver a un niño Michael Myers... mucho menos hablando.
Las escenas de la infancia de Myers están bien actuadas, pero no sirven para nada. De hecho son contradictorias con la idea que maneja la película del personaje. Zombie no sabe si decirnos que Myers es producto de un entorno decadente o es malo por ser malo. Y la culpa no es de los actores, que hacen todos unos trabajos adecuados al guión. Es del material en sí.
Malcom Mcdowell cumple en forma excelente como el Dr. Loomis, y es a mis ojos la mejor elección para el papel que hacía Donald Pleasance. Sus ojos que generan una cierta incomodidad en el espectador, su voz y su presencia funcionan estupendamente. Pero, otra vez: tiene que luchar con líneas no siempre felices.
La segunda parte de la película (esa que cubre los eventos que cubría la original) tiene problemas también.
Ya llevamos gran parte del metraje en el pasado, y eso come tiempo del “presente”. Esto lleva a que el desarrollo de los personajes en esta segunda mitad sea pobre.
El Michael Myers adulto es enorme (literalmente). Si bien eso podría ser amenazante, le da un aire más de “bruto” que no va con el personaje.
Las actuaciones de las chicas son buenas, pero Scout Taylor-Compton (hermosa, simpática, graciosa... ¿mencioné hermosa?) no es nunca Laurie Strode. No porque no sea buena en lo que hace, sino porque el personaje no tiene tiempo para respirar, para que simpaticemos. Es, además, demasiado “light”, aunque admito que existe la posibilidad que así me lo parezca porque inevitablemente lo comparo con la excelente Laurie original.
Sus amigas no tienen mucho tiempo en escena y no hacen mucho como para que nos importe su destino (igual me gustó ver a Danielle Harris de Halloween 4 y 5).
Hay varios cambios en esta segunda mitad respecto a la original, y ninguno es en sí una mejora. Los climas y la tensión de la vieja Halloween (una de las mejores de su género) aquí no se logran.
Como puntos buenos: la película logra entretener y asustar con cierta frecuencia. En ese sentido es más efectiva que otras que hemos visto, y está claramente por encima de otras entregas de la serie (H 6, H Resurrección).
En definitiva: una película entretenida, pero con un montón de fallas. Si quieren pasar un buen rato, es mejor ver la original.
Comentarios
Beso!
Halloween tiene momentos buenos, pero a mi entender, es una película irrelevante, que no aporta mucho. Igual 2 y 1/2 es una nota aceptable...