Tabula rasa

A veces pienso que nada cambió, que todo sigue igual a como era antes. Siento como si mis "logros" fuesen más una anécdota que otra cosa. Vuelvo a foja cero.

Todo torna relativo. Con eso, regresan los miedos, las angustias, las interrogantes.

Miro al espejo y trato de entender lo que pasó. ¿A quién estaba viendo? Lo único que veo ahora es el yo de siempre... no, veo al de siempre, pero más viejo.

No termino de comprender la desaparición del espejismo. O tal vez lo que no entiendo es cómo pude caer tan fácilmente en esa trampa.

Claro, es fácil creer en lo que uno quiere creer. Es fácil aceptar lo bueno, aun cuando deberíamos poder advertir su falsedad.

Deslumbrado ante una perspectiva nueva, por un momento me creí la historia, que todo era posible, que yo era alguien más.

La fantasía, tarde o temprano (más temprano que tarde) se rompe.

Entonces entiendo que nadé en círculos, que sólo por un instante pensé que avanzaba, pero que la verdad no es lo que yo quiero que sea.

El sueño se termina, la burbuja se rompe, el espejismo desaparece.

El tipo en el espejo me mira... él y yo sabemos la verdad.

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