Crítica: Avatar
Espectáculo
James Cameron vuelve al ruedo, luego de 12 años sin entregar un largometraje para cine, y el resultado es una cosa distinta a casi todo lo visto anteriormente.
"Avatar" es una película que casi podría decirse, es animada (alrededor del 60% de la acción es generada por computadora, con captura de movimiento y otros métodos), en la que el director se permite desplegar todo su arsenal creativo, e inventar un mundo totalmente nuevo, con sus propias reglas, y poblado de innumerables criaturas salidas de su imaginación.
Ese es el marco para una historia trillada. Porque "Avatar "es una mezcla de "Pocahontas", "El último samurai" y "Danza con lobos", una típica historia de culpa blanca, en la que no se puede decir que haya un trabajo maravilloso en la historia, ni en los diálogos. Digamos que, una vez establecidos los personajes principales, es fácil anticipar lo que va a ocurrir con cada uno de ellos, con sorprendente facilidad.
Y sin embargo, en este mundo de clichés y simplificaciones, Cameron sale airoso. ¿Por qué? Por el entretenimiento que brinda, por el manejo de los tiempos narrativos, por la creatividad que posee, por ser, en definitiva, un señor director de cine.
"Avatar" es espectáculo en sentido puro, espectáculo para ser disfrutado en el cine, en la pantalla más grande que se encuentre, y con lentes 3D, para dejarse atrapar por el mundo cinematográfico.
Que no se equivoque el espectador, que tengamos reparos con la previsibilidad de la acción o la chatura de algunos diálogos, no hace, de ninguna manera, que la película pueda ser comparada con otras que son puro despliegue de efectos. Aquí se busca contar una historia de una forma nunca vista, y que el maravillarse sea parte de ese relato.
Cameron demuestra, finalmente, que hoy en día todo se puede hacer en el cine, lo que uno imagine, puede pasar. Así es el nivel de los efectos, de la integración de imágenes, tan real, que deja boquiabierto.
Una experiencia puramente cinematográfica de 2 horas 40, que, si uno se deja llevar, pasan volando.
Muy recomendable.
[***1/2 / *****]
P.D.: háganse un favor, no la bajen, váyanse a una sala 3D a verla.
James Cameron vuelve al ruedo, luego de 12 años sin entregar un largometraje para cine, y el resultado es una cosa distinta a casi todo lo visto anteriormente.
"Avatar" es una película que casi podría decirse, es animada (alrededor del 60% de la acción es generada por computadora, con captura de movimiento y otros métodos), en la que el director se permite desplegar todo su arsenal creativo, e inventar un mundo totalmente nuevo, con sus propias reglas, y poblado de innumerables criaturas salidas de su imaginación.
Ese es el marco para una historia trillada. Porque "Avatar "es una mezcla de "Pocahontas", "El último samurai" y "Danza con lobos", una típica historia de culpa blanca, en la que no se puede decir que haya un trabajo maravilloso en la historia, ni en los diálogos. Digamos que, una vez establecidos los personajes principales, es fácil anticipar lo que va a ocurrir con cada uno de ellos, con sorprendente facilidad.
Y sin embargo, en este mundo de clichés y simplificaciones, Cameron sale airoso. ¿Por qué? Por el entretenimiento que brinda, por el manejo de los tiempos narrativos, por la creatividad que posee, por ser, en definitiva, un señor director de cine.
"Avatar" es espectáculo en sentido puro, espectáculo para ser disfrutado en el cine, en la pantalla más grande que se encuentre, y con lentes 3D, para dejarse atrapar por el mundo cinematográfico.
Que no se equivoque el espectador, que tengamos reparos con la previsibilidad de la acción o la chatura de algunos diálogos, no hace, de ninguna manera, que la película pueda ser comparada con otras que son puro despliegue de efectos. Aquí se busca contar una historia de una forma nunca vista, y que el maravillarse sea parte de ese relato.
Cameron demuestra, finalmente, que hoy en día todo se puede hacer en el cine, lo que uno imagine, puede pasar. Así es el nivel de los efectos, de la integración de imágenes, tan real, que deja boquiabierto.
Una experiencia puramente cinematográfica de 2 horas 40, que, si uno se deja llevar, pasan volando.
Muy recomendable.
[***1/2 / *****]
P.D.: háganse un favor, no la bajen, váyanse a una sala 3D a verla.
Comentarios
Besote
Habrá que esperar un poco.
Peter: está bien, yo iba a esperar a mi viaje para verla, fui antes, porque había amigos que querían. Pero no te dejes estar...
Es cierto que la historia es trilladísima, que "roba" escenas de montones de películas, que tiene un mensaje "evangelizador" muy cliché... pero la belleza plástica es tal que asombra; la música, además, acompaña espectacularmente bien.
(Bueno, con decirte que hasta me encantaron los avances de Toy Story y Alicia en el país de las maravillas...)