Crítica: El Estudiante
Estudiantes, estudiantes a estudiar!
"El Estudiante" tiene como protagonista a un pibe que no estudia. Su mundo no es el de los apuntes, los exámenes, las horas en vela tratando de aprender. Su mundo es el de la política.
Su director, Santiago Mitre. presenta una historia que tiene mucho de real, pero que probablemente no busque quedar reducida a los ámbitos académicos. "El Estudiante" es una película sobre política, que roza, sin negarlo, a la política macro, no sólo la de la universidad.
Se maneja en un mundo de eslóganes vacíos y argumentos panfletarios. Y en un principio pensé que podría tratarse de una insuficiencia del guión (no poder explicitar los puntos de vista de cada agrupación), o de un intento de no confundir al espectador, o evitar que tome partido a partir de sus prejuicios, pero no, probablemente sea una decisión consciente: la política se maneja así.
Una de las mejores escenas transcurre (irónica, pero acertadamente) en un salón de clases. Allí, un choque entre los distintos puntos de vista de alumno y profesor, culmina en los argumentos vacíos de uno, siendo demolidos por los del otro. Y sin embargo, minutos después, el vencedor aparece "traicionando" a su agrupación.
Es que en "El Estudiante" no hay inocentes. Es política. Es un mundo sucio, donde todos calculan su beneficio.
Las actuaciones son muy buenas, ajustadas a la realidad. A veces, cuando los personajes parecen no recordar su guión, no es por los actores, es por el cassette, son los personajes no recordando su guión interno, su lista de argumentos.
En este momento me viene a la memoria otra escena, también en un salón de clases, en que se da una discusión sobre la función del Estado, sobre Hobbes y la inherente maldad en el ser humano: sin duda un resumen interesante de lo que trata la película.
El mundo universitario alejado de lo académico, tiene mucho de real y mucho de preocupante.
La política como muestra de la condición humana, también.
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