Crítica: Real Steel (Gigantes de Acero)

Materiales reciclados

"Gigantes de Acero" está, como sus protagonistas cibernéticos, hecha de partes de otros. Todo lo que se ve, ya fue contado en algún otro momento, en otra película. Como quien va a un desarmadero en busca de piezas, su director Shawn Levy, toma elementos de varias películas, sobre todo de los 70s y 80s.

Porque, una vez más, en una película en la que figura Steven Spielberg en los créditos, hay un cierto tono, una cierta sensibilidad de esa época, aún en esta película ambientada en el futuro cercano.

Levy muestra una habilidad para conectar con la audiencia. Su manejo visual es sólido, sin buscar apabullar los sentidos. Las escenas de peleas no son difíciles de entender, y los momentos personales están bien planteados y con mucho corazón.

Hugh Jackman interpreta su papel con confianza, con seguridad, y binda una sensación de estar divirtiéndose en su personaje. El nene, Dakota Goyo, es quien se destaca, se roba la película, y se convierte en una innegable promesa del cine.

El gran éxito de "Gigantes de Acero" está en combinar la historia de padre e hijo, con todas sus notas previsibles, con la de la lucha de robots, y que sea interesante en ambos aspectos, aún sin sorprender, pero, por sobre todo, sin necesitarlo.

Su dinamismo, su sentido de la aventura y la emoción, su reticencia a los golpes bajos (salvo quizás entre robots), sus personajes secundarios arquetípicos, y sus protagonistas accesibles, con quienes es fácil relacionarse, hacen de ésta, una película tremendamente efectiva, lúdica, entretenida.

Una de esas películas que se pueden ver en familia una y otra vez.

[***1/2 / *****]

Comentarios

Entradas populares