Crítica: La teoría del todo


Historias extraordinarias / Películas buenas

En algún momento, no sé bien cuándo, la andanada de películas basadas en historias reales de vida, las volvió relativamente intrascendentes. No porque las historias no fueran inspiradoras, cautivantes, o simplemente más extrañas que la ficción, sino porque, al final del día, se necesita algo extra, algo que haga que una película se diferencie de tantas otras iguales.

"La teoría del todo" lo tiene y no lo tiene, al mismo tiempo.

Por un lado, la película cuenta con una actuación de Eddie Redmayne que se mimetiza perfectamente con el personaje de Stephen Hawking. Su trabajo con todo el cuerpo es, simplemente perfecto. Ese diferencial, ese factor impresionante, hace que valga la pena verla.

Por el otro, James Marsh, un director que ha sabido crear una obra maestra como "Man on Wire" (si no la vieron, vayan ya, sí, antes de terminar de leer esta crítica, no importa), no logra hacer nada excepcional con la historia que tiene en sus manos.

Sí, visualmente está bien. Sí, tiene estupendas actuaciones (con Redmayne a la cabeza, pero más que bien acompañado de Felicity Jones, que se podría argumentar que es la verdadera protagonista del relato), y en general está sólidamente construida, pero le falta cine.

La vida de Stephen Hawking es absolutamente impresionante en sí, por los obstáculos con los que tuvo que luchar, y los éxitos que consiguió (que no son relativos a su situación, sino éxitos a los que la enorme mayoría de nosotros no podemos compararnos), si tan solo la película hiciera algo realmente extraordinario con ello...

Pero bueno, al cine hay que juzgarlo por lo que es y no por lo que pudo haber sido. Así como está, "La teoría del todo" es una película con una historia extraordinaria, contada de forma prolija, excelentemente bien actuada, y que se disfruta.

Vayan a verla.

[***1/2 *****]

Comentarios

andal13 dijo…
Totalmente de acuerdo. Vale por las actuaciones, por la recreación de época, por la fotografía... pero la historia se queda corta, no la historia de vida, ni que hablar, sino la cinematográfica, demasiado lineal, demasiado plana, para lo enorme que es en la realidad.

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