Crítica: The Hurt Locker (Vivir al límite)

Guerra en primer plano

El tema de la guerra en Irak se presta para panfletos bienpensantes, llenos de discursos y moralinas varias.

"The Hurt Locker", afortunadamente, no es esa película. Su virtud es la de no armar un juicio global, generalizar, sino que se centra en un grupo puntual de hombres, con una misión/función especial en la guerra.

La directora K. Bigelow, nos sumerge en Irak, mediante un trabajo de cámara asombroso, de los mejores del género (con películas como "Saving Private Ryan"), y también a través del manejo de los tiempos, de los ritmos dramáticos, que crean momentos de genuina tensión.

Así, nos conecta con estos tres hombres tan diferentes, nos permite acercarnos a sus vidas, como si se tratase de un documental, y atraparnos, con algunas de las escenas más inquietantes, para estar al borde del asiento, que haya visto recientemente.

Toda la tontería de la guerra, la humanidad e inhumanidad de la misma, el dolor y la adrenalina, están ahí, pero sin subrayado, sin sermones.

Una película que atrapa desde su primera (y espectacular) escena, y que se permite explorar el lado personal de la guerra.

Casi sin excesos, "The Hurt Locker" es una de las mejores películas sobre ese mundo extraño, casi alienígena.

Un film que no hay que dejar de ver

[**** / *****]