Archivo

Leo cosas que escribí y no pueden salir a la luz. Leo cosas que son parte de mi pasado, pero que me pesan hoy. Las páginas están llenas de reflejos de momentos, algunos que reconozco, otros que no puedo recordar exactamente.

De tanto en tanto, vuelven a mi memoria algunas ideas, sensaciones, imágenes, y se dibuja en mi mente un esbozo de quién era yo cuando escribí esas líneas archivadas, perdidas en el limbo de lo escrito y no leído.

Busqué cosas que creí haber escrito, pero, aparentemente, nunca llegué a hacerlo. A veces, supongo, es tan evidente que las palabras no tendrán más vida que la inmediata, que para qué gastarse escribiéndolas.

Hay, también, algunas otras páginas, que sé dónde están, que puedo buscar, pero que me duelen más que cuando uno se corta con el papel... Palabras más sólidas que el soporte de las mismas.

Palabras, palabras y más palabras. Reflejos de un pasado, acumulándose en negro sobre blanco, y recordándome, para bien o para mal, quién fui... quién soy.

Comentarios

Vicky dijo…
Y sabes que es peor? Cuando encontrás textos alegres, e intentas recordar esa sensación de plenitud y no podés.

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