Crítica: Balada Triste de Trompeta
Distinta a todo
Me gustaría poder saber qué pasa por la mente de Álex de la Iglesia. Me gustaría poder llegar al fondo de sus ideas y obsesiones, y poder entender cómo se mezclan, cómo llegan a conectarse.
Y digo que me gustaría, porque en "Balada Triste de Trompeta", están todas las cosas allí, pero no necesariamente está explícito. Es más, es hasta posible que no haya una verdadera conexión.
Porque, a lo mejor, se trate de una película que trata sobre la violencia desatada, que se manifiesta en la lucha entre el franquismo y los rebeldes, y penetra la psiquis de los personajes. Pero tal vez no.
A lo mejor, no existe un mensaje, no existe un intento de extrapolación de la historia del Payaso Triste al mundo real.
No lo sé, pero lo que queda, es una película visceral, fuerte, entretenida, pero incómoda, violenta, dinámica, y muy bien actuada.
Se maneja en varios registros, desde el horror al drama y el humor, sin querer quedarse demasiado en ningún lugar, abrazando su espectáculo circense delirante y fascinante.
No es, de ninguna manera, una película recomendable. No sé, todavía, si me gustó o no me gustó. Ignoro si buscaba ser un alegato en favor o en contra de nadie. Pero eso no quiere decir, que no sea una creación única, atrapante, y muy bien filmada.
[*** / *****]
Comentarios
Tal vez me pierdo algo grande, pero por ahora, paso, gracias.
Uno de los orgullos más grandes de Bilbao es Alex de la Iglesia, bilbainos auténtico, todo en él y en su arte es una bilbainada. No podría ser de otra forma.
Alex es uno de mis directores preferidos, por eso le digo Alex ja! Nunca me defrauda - y ya sabemos que soy de defraude fácilongo- aún cuando no sé como me deja la película, el gozo de mirarla, siempre es inigualable. No hay otro director como él. Esta película en particular me encantó creo que las alegorías son tan buenas que hasta tiene tiempo para meter una metáfora sobre la violencia armada en el País Vasco. La vería mil veces y estoy segura que mil veces encontraría detalles bellos que me perdí.
Uno de los orgullos más grandes de Bilbao es Alex de la Iglesia, bilbainos auténtico, todo en él y en su arte es una bilbainada. No podría ser de otra forma.
Alex es uno de mis directores preferidos, por eso le digo Alex ja! Nunca me defrauda - y ya sabemos que soy de defraude fácilongo- aún cuando no sé como me deja la película, el gozo de mirarla, siempre es inigualable. No hay otro director como él. Esta película en particular me encantó creo que las alegorías son tan buenas que hasta tiene tiempo para meter una metáfora sobre la violencia armada en el País Vasco. La vería mil veces y estoy segura que mil veces encontraría detalles bellos que me perdí.
Sobre todo a precios de Festival de Cine =)
Majo: vos pudiste leer más que yo en la película, quizás por habilidad, quizás por conocer más la realidad española, o tal vez por ambas.
En cierta forma entiendo lo de los detalles. También debo decir que el tema de la belleza es relativo, porque la película está llena de imágenes que son todo lo contrario a mi concepción de belleza, sin que eso quiera decir que no está excepcionalmente bien fotografiada.