Crítica: The Prestige (El gran truco)
La magia del cine
Es difícil escribir una crítica de una película como The Prestige sin hacer alusión al final. Como en Sexto Sentido, la película es una cuando uno la ve por primera vez, y otra luego de conocer el final.
Que Christopher Nolan es un director a tomar en cuenta no es novedad (ver columna anterior). Ha dirigido dos películas muy buenas (Memento, Batman Inicia) y una por lo menos interesante (Noches Blancas).
Aquí Nolan hace su película más parecida a Memento. Como aquélla, ésta tiene un significado oculto, nuevo, que se atisba al principio pero recién se entiende al final. Un final que cambia todas las reglas de lo que uno vio hasta el momento, pero que, al mismo tiempo, logra tener sentido. No hay un “Deus ex machina” porque durante toda la película el director se encargó de decirnos lo que iba a pasar.
Y en esto me quiero detener: En el plano inicial de la película está la respuesta a todo el juego. Quien lo vea, se sentirá tal vez decepcionado, pero no creo que vaya a ocurrir. Luego, durante toda la película hay muchas señales, muchísimas. Varios diálogos adquieren otro significado luego de la resolución.
Pero más allá de eso, The Prestige no es sólo un juego de descubrir cómo lo hicieron, es una historia de rivalidades (no sólo la de Angier y Borden, también la de Tesla y Edison, que nunca aparece en pantalla). Es una historia de dualidades, todo tiene su contracara.
Es una película de época, con algún elemento anacrónico (ciertas máquinas, sobre todo “la máquina”). Es también un film noir con su correspondiente dosis de intriga y misterio.
La ambientación es excelente, con un trabajo de fotografía de primera línea. Las actuaciones son impecables (Bale, Cane, Jackman, Johansson son nombres de los que estamos acostumbrados a esperar trabajos así de buenos) y sorprende gratamente David Bowie como Nikola Tesla, en una actuación perfecta, que se lleva la atención del espectador cada vez que está en pantalla.
Nolan hace un trabajo excelente. Crea una historia que no se desarrolla en forma lineal, pero que no resulta difícil de seguir si uno presta atención... ¿“estás prestando atención”? Logra en todo momento mantener la tención y la incertidumbre acerca de quién va a ganar y quién va a perder (aunque da la idea de que nadie puede realmente “ganar” en toda esta situación).
The Prestige es un film mucho más oscuro de lo que yo esperaba. Es una historia de obsesión(es) en las que ningún personaje es del todo simpático. Además cabe la aclaración que no deja de ser fuerte en algunos momentos (sin que sea visualmente desagradable). Resulta extremadamente difícil salir del cine sin repasar una y otra vez los sucesos, que por más inverosímiles que puedan ser, poseen una muy interesante y justificada lógica interna.
Comentarios