Crítica: Mal día para pescar
No tan buen día para ir al cine
Dos puntos fuertes tiene "Mal día para pescar": su fotografía y su reconstrucción de época. Indudablemente se trata de una película estéticamente correctísima, que recrea muy bien un tiempo y un lugar perdidos, el viejo interior del país, silencioso, estático.
Pero lo demás, ya no es tan bueno. La historia en sí está contada de forma despareja. No se crea, en ningún momento empatía con los personajes, de forma tal que importe lo que va a suceder con ellos. Quizás sólo el enorme (en términos físicos) Van Oppen, en su extraña fragilidad de 130 kilos, sea el punto de contacto con nuestras emociones.
En realidad el actor que se destaca es César Troncoso, en el papel del director del diario, pero el resto del elenco es sólo prolijo, con algunos puntos débiles.
El fondo del problema está, como dijimos en la historia, esa que no permite que nos importe lo que pasa, y que sólo es (levemente) rescatada por un giro en el final, pero que no alcanza para que nos quede nada.
Ni la incertidumbre por lo que va a pasar, ni los momentos emotivos, ni las revelaciones del argumento, están contadas de forma tal que permitan un verdadero interés. La película falla en capturar la atención y conectar emocionalmente.
En definitiva, una película que luce bien, pero que no dice nada interesante.
[** / *****]
Dos puntos fuertes tiene "Mal día para pescar": su fotografía y su reconstrucción de época. Indudablemente se trata de una película estéticamente correctísima, que recrea muy bien un tiempo y un lugar perdidos, el viejo interior del país, silencioso, estático.
Pero lo demás, ya no es tan bueno. La historia en sí está contada de forma despareja. No se crea, en ningún momento empatía con los personajes, de forma tal que importe lo que va a suceder con ellos. Quizás sólo el enorme (en términos físicos) Van Oppen, en su extraña fragilidad de 130 kilos, sea el punto de contacto con nuestras emociones.
En realidad el actor que se destaca es César Troncoso, en el papel del director del diario, pero el resto del elenco es sólo prolijo, con algunos puntos débiles.
El fondo del problema está, como dijimos en la historia, esa que no permite que nos importe lo que pasa, y que sólo es (levemente) rescatada por un giro en el final, pero que no alcanza para que nos quede nada.
Ni la incertidumbre por lo que va a pasar, ni los momentos emotivos, ni las revelaciones del argumento, están contadas de forma tal que permitan un verdadero interés. La película falla en capturar la atención y conectar emocionalmente.
En definitiva, una película que luce bien, pero que no dice nada interesante.
Una pena.
[** / *****]
Comentarios
La historia no recrea "el viejo interior del pais", la historia recrea Santa María, que es una ciudad inventada por Onetti (autor de Jacob y el Otro que es el cuento en el que está basada la pelicula). Por lo tanto, esta pelicula transcurre en Santa María, creación de Onetti.
Me parece interesante tu observación sobre la forma despareja en la que está contada la historia. Eso lo trae del cuento (repito; Jacob y el Otro), el cuál tiene tres narradores: "Cuenta el Medico", "Cuenta el Narrador" y "Cuenta el Principe", eso, trasladado al cine, no fue muy feliz y dejó algunos problemas.
Me pareció buena la actuación del español que hace de Orsini, troncoso me parece una persona desagradablemente soberbia y asquerosa, además de un actor mediocre. La mujer hizo un papel pésimo.
En lineas generales, me pareció algo como lo que decis en la critica.
Saludos!
No leí el cuento. En parte me sirve, porque no comparo, quizás eso de los narradores sea uno de los problemas que tuvo el pasaje a la pantalla.
El personaje de Orsini me pareció bien actuado, pero sentí que le faltaba carisma, y creo que eso, justo en ese personaje, es una falencia grave.
A Troncoso, personalmente, no lo conozco. Pero el personaje debía ser medio soberbio y asqueroso, y a mí eso me lo dejó claro... jeje.
Lo de la muchacha, estamos de acuerdo, fue lamentable. De hecho, pensé en mencionarlo en la crítica, pero no me decidí.
Por lo menos, en líneas generales, estamos de acuerdo.
Andrea: tenía que pasar... en algún momento íbamos a discrepar.
Admito mi carencia de "atmósferas onettianas", pero siento q, por momentos, se lograba el efecto (que imagino es el que te referís), en algunas escenas del hotel, con Orsini y Van Oppen.
Pero la realidad es que no sentí que, al menos para mí, que no conozco el cuento, se hayan construido los personajes como para que conmuevan. Sentí una extraña carencia de empatía, que sólo está, por momentos, con Van Oppen...
Pero, y por suerte, la gente tiene distintas opiniones. :D
Yo lo hanía leído hace años, y no lo tenía muy presente; lo volví a leer (intencionalmente) después de ver la película.
www.partigi.com