Reencuentro con mi viejo yo
Tengo una observación recurrente sobre mí mismo, una de esas cosas que uno dice con cierto humor, que no deja por eso de ser verdadera. Siempre digo que mi punto más alto fue cuando era chico, hasta los 12, aproximadamente.
Viví una infancia súper feliz, pero además de eso, me sentía importante. Por esas épocas, prácticamente todos los adultos que me conocían decían cosas del estilo de "Qué chiquilín inteligente!".
Probablemente escuchar esas cosas con frecuencia no haya sido muy bueno para los problemas de control de ego, y eso haya servido a que, en definitiva, en esa época me creyera ese cuentito. Pero creo que es muy difícil encontrar alguien que niegue que hasta los 12 yo me destacaba, tenía un gran potencial, era una especie de "gran promesa" en el consenso general.
Claro, después, por razones que no sé si puedo o quiero explicar, todo parece haberse ido al carajo. Así, perdí la capacidad de destacarme que supuestamente tenía. La mediocridad generalizada pasó a ser mi nueva forma de vida, que me siguió y seguirá acompañando.
Pero ayer me sentí aquel Martín que no veía desde el siglo pasado. Por un ratito, me sentí (supongo que todavía me siento) como ese que podía llegar a ser referente, que podía llegar a destacarse del pelotón (la vanidad que se desprende de mis palabras me resulta a mí mismo enfermiza).
Ya tendré tiempo para poner las cosas en perspectiva, para relativizar esos logros que hoy me hacen sentir así, feliz. Pero ahora prefiero quedarme con esa sensación que extrañaba tanto: la de sentirme inteligente y pensar que el cielo es el límite.
Viví una infancia súper feliz, pero además de eso, me sentía importante. Por esas épocas, prácticamente todos los adultos que me conocían decían cosas del estilo de "Qué chiquilín inteligente!".
Probablemente escuchar esas cosas con frecuencia no haya sido muy bueno para los problemas de control de ego, y eso haya servido a que, en definitiva, en esa época me creyera ese cuentito. Pero creo que es muy difícil encontrar alguien que niegue que hasta los 12 yo me destacaba, tenía un gran potencial, era una especie de "gran promesa" en el consenso general.
Claro, después, por razones que no sé si puedo o quiero explicar, todo parece haberse ido al carajo. Así, perdí la capacidad de destacarme que supuestamente tenía. La mediocridad generalizada pasó a ser mi nueva forma de vida, que me siguió y seguirá acompañando.
Pero ayer me sentí aquel Martín que no veía desde el siglo pasado. Por un ratito, me sentí (supongo que todavía me siento) como ese que podía llegar a ser referente, que podía llegar a destacarse del pelotón (la vanidad que se desprende de mis palabras me resulta a mí mismo enfermiza).
Ya tendré tiempo para poner las cosas en perspectiva, para relativizar esos logros que hoy me hacen sentir así, feliz. Pero ahora prefiero quedarme con esa sensación que extrañaba tanto: la de sentirme inteligente y pensar que el cielo es el límite.
Comentarios
un abrazo
Me paso algo muy similar, mi punto mas alto fue hasta los doce, por dos motivos.
El primero que aun no he superado, es el mismo que el tuyo. El segundo es que realmente mi punto mas alto fue a los doce, no se ha registrado altura mayor en mi. Esa parte es frustrante también, sobre todo viniendo de una familia de altos; pero, al lado del primer motivo carece de relevancia.
En cuanto al primer motivo, que feo fue cuando me di cuenta de que me estaba conviertiendo (o estaba convertida) en una más de la gran masa. Lo bueno está en que cada vez que esa idea vuelve a pasar por mi mente, siempre, ocurre algo maravilloso que me hace decirme:- ánimo ceci, el proceso no ha concluido!
Ahí me quedo contenta unos dias pensando que la utopía no esta tan lejos, hasta que otro dia, vuelva a darme cuenta de que esta el horizonte y que solo parezco una loquita corriéndola.
El proceso no está concluido Martín, HUG!
No sé si es tan altruista mi versión de "el cielo es el límite"...
Sí, totalmente, hay mucha nostalgia en este post.
Little ceci: exactamente. Eso es tal cual lo que me pasa a mí (no lo de la altura, que no soy alto, pero mi familia menos).
Pero el resto es tal como lo describís vos. Es extraño de tan similar.
No está muerto quien pelea, entonces... *hug*
Cucharita: la experiencia es el peine que me dio la vida ahora que empecé a perder el pelo... bah, en realidad todavía tengo los mismos errores que antes, así que ni tanto peine.
Que no te avergüence. Así como cada uno tiene su lugar especial, por qué no tener su momento especial?
sotes por aquí sotes por allá, llevar la bandera (esa misma que hoy no llevaría ni a palos)
Pero por otro lado fue una época de complejos, yo era la flaca, la esto la aquello y todas esas cosas que dicen los pendejos indeseables jeje.
Como a los 15 repunté en ese sentido pero bajé en el otro, ya no tenía complejos, ganaba en los bailes y bla bla bla, pero el liceo no fue una época para destacarme en estudio.
Y de la facultad ni hablemos, pase por tres carreras licenciatura en historia, profesorado, y ahora programación, pero todo eso porque no sabía que me gustaba y ahí iba probando a ver que salía.
Pero esta si la termino porque me encanta.
bueno me gusto el post, porque me hizo pensarme un poquito.
Para eso se escriben los blogs, no? Para conectarnos con los otros.
Capaz entonces que tu momento es ahora. Sería fantástico, y tendrías mi sana envidia.
Y vos sos un tipo muy inteligente, y con un potencial enorme, de eso no tengo dudas.
Pero tus últimos posts delatan un cambio interior muy grande, "Problema mío", "Reencuentro..." y algún otro dan muestra de que estás cambiando, madurando o mutando...
No sé.
Me quedo más tranquilo que somos unos cuantos que fuimos estrellas y quedamos medio estrellados, entonces.
Peter: "mutando" me parece la más acertada de las opciones.
Más allá de eso, estoy en una época de cambios de circunstancias, y eso me ha removido algunas cuestiones, lo que llevó a que se refleje en el blog.
Tanta cosa medio que me aflojó la lengua (la expresión no sirve mucho para un blog, pero es lo que hay, valor) y me obligó a escribir sobre mí.
Veremos cuánto dura... espero no aburrir.
Yo,amén de no haber sido nunca un genio en nada;bah sí,tengo bastante mal genio,nunca quise destacar tampoco porque no me gustan las caídas.
Por eso siempre me gustó ser la ladera de un líder y así nunca me tuve que preocupar por mí.
La fama cuesta,che y a veces también duele.
Saludos.
Jijiji!!!
Andrea: con lectores como ustedes no necesito amigos en el mundo real :)
Qué mal empecé en este blog,che.
Me retrotaje a un problema de ego justamente que tuvo una compañera esta semana y creo que le contesté a ella en vez de a vos.
Me alegro de tu resurgimiento eguístico del cual yo estoy disfrutando también hace un tiempito.
Saludos,che