Crítica: Pirates of the Caribbean: At World's End

AWE

A medida que una película da origen a secuelas, éstas tienden a ser cada vez más complejas, a darle nuevas dimensiones a ese mundo anteriormente explorado.

Es el caso de Piratas del Caribe. Donde en un principio había una historia sobrenatural pero sencilla, ahora hay elementos cada vez más fantásticos, que tal vez alejan la historia de lo que comenzó siendo, pero la llevan a buen puerto.

Algo bueno de esta trilogía es que tiene un poco de eso que hizo a Star Wars e Indiana Jones: tiene esa magia y ese sentido de la aventura. Todas estas películas tienen un homenaje implícito (a veces explícito) a géneros del pasado, historias de héroes románticos y villanos malditos.

Piratas 3 es una tercera parte de la trilogía (obvio), y también es como una segunda parte de la segunda película, ya que es de esta última de la que se encargará de atar la mayor parte de los cabos (como pasó, por ejemplo con Volver al Futuro y Matrix).

Barbossa, Elizabeth y Jack

Como episodio final (al menos por ahora) debe cumplir con esos requisitos de dar al espectador por satisfecho con la historia de los personajes principales, sin que esto signifique cerrar definitivamente todas las puertas. La película lo hace estupendamente, teniendo además, un par de vueltas imprevisibles, al menos para mí.

Sin tener escenas de acción tan repartidas como la segunda parte (en esta la acción se concentra mayormente al principio y al final) el director logra que el extenso metraje sea imperceptible. Mi profesora de inglés hablaba de la expresión “Never a dull moment” y aquí se aplica. A diferencia de la anterior, esta película no aburre en ningún momento. En el medio: un juego de traiciones para un lado y para el otro, que, si bien a uno lo deja un poco confundido, no deja de ser entretenido, porque es ahí donde los personajes cobran vida.

De más está decir que los efectos son absolutamente impresionantes (ILM está haciendo el mejor de sus trabajos con estas dos últimas partes). Las escenas de acción son fantásticas y divertidas. Los personajes secundarios son, como siempre, estupendos. El mono y el loro se llevan aplausos (en serio).

Johny Depp ya está más allá del bien y del mal (Jack Sparrow definitivamente lo está). Se adueña completamente del personaje, haciéndolo más querible, en contraste con la anterior. Aquí vuelve a las raíces, al personaje de la primera entrega, que le valió una nominación al Oscar.

El otro personaje fundamental es Barbossa, que se extrañó en la anterior. Aquí Geoffrey Rush vuelve en toda su gloria, y demuestra que es el “villano” necesario, el contrapunto de Sparrow, el que está a su altura.

Piratas del Caribe 3 se perfila como una de las mejores superproducciones del año. Los espectadores, agradecidos.

[**** / *****]

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