Crítica: Superbad

Growing Pains

Superbad es producto de las mentes detrás de “Knocked Up” (película de la que hablamos ya), “Freeks & Geeks” y “Undeclared”. Y se nota.

El estilo de humor es similar. Pero hay además otros ingredientes. Por sobre todo, hay humanidad en los personajes.

En todas las obras mencionadas, los protagonistas tienden a ser geeks, que buscan entrar, o se ven obligados a hacerlo, en el mundo real, que tienen que crecer.

En el caso de Superbad, lo importante es el paso anterior, el último momento de la secundaria de Seth y Evan, que van a tener luego que vérselas con el mundo universitario, y tienen cosas que resolver antes.

Y la historia va por ahí, con los dos amigos que se enfrentan a una inevitable separación, y que buscan llegar (o llegan) a la madurez al mismo tiempo.

Claro que, en el medio de todo esto, está el humor, y está el sexo (también el alcohol, pero éste es más un medio para lo anterior, que un fin en sí mismo).

Del lado de las risas, las actuaciones tanto de Jonah Hill como de Michael Cera (George-Michael en “Arrested Development”) son precisas. Pero lo mejor viene del lado de Chritopher Mint-Plasse (que pasará a la historia como “Mclovin”) y los policías, que se roban las risas y casi se quedan con la película.

Por el lado del sexo, éste es parte integral de la película (como de la vida de los adolescentes) y se lo trata siempre de forma natural y no forzada. Digamos también que se habla mucho de sexo, pero no es que haya mucho en el film. Es muy buena la resolución que plantea el guión al respecto de lo que pasará o no esa noche.

Quizás haya una nota nostálgica al final, después de toda la aventura nocturna, pero eso no es un problema, sino un punto fuerte de la película.

Llena de humor y humanidad, Superbad es una muy buena comedia, mejor incluso que “Knocked Up”, y perfecta para divertirse un rato con los amigos.

Altamente recomendable.

[**** / *****]