Crítica: The Pursuit of Happyness
A veces es difícil explicar por qué algo no nos gusta. Sobre todo cuando realmente queremos que nos guste. Pero uno no puede negar lo que ve, o lo que siente. Las cosas son como son. Period.
La búsqueda de la felicidad tiene a Will Smith como protagonista. Un tipo sin plata, a la que la mujer lo deja con un hijo. Y él tiene que salir a pelearla, a luchar contra las adversidades, a ganarse un futuro, a buscar la felicidad.
Todo esto podría dar para una película, si bien muy cliché, conmovedora. Pero esta no lo es. Y eso me resultó extraño.
Will Smith y su hijo en la vida real y la ficción
Entonces me tuve que preguntar a mí mismo si acaso me estaba faltando el chip de la emoción, si es que estaba con poca concentración, si el problema era, en definitiva, mío.
Pero no. El problema de la película es la película. El problema es que el personaje principal no es un tipo que nos caiga bien, o al menos alguien que nos genere la simpatía suficiente como para identificarnos y para convertirnos en hinchas.
No hay conexión emocional. No hay corazón. Y eso, en una película como esta, es imperdonable e insalvable.
Además la película comete un error importante. Cuando los personajes llegan a la felicidad se termina, como es de suponerse. Pero es abruptamente y en forma incoherente. Will nos dice que “Esta pequeña parte se llama felicidad”. Pero es sólo pequeña en la película. Los mensajes que siguen nos dicen que el personaje principal se hizo rico y siguió viviendo en la opulencia. Entonces se pierde la idea. La felicidad no es sólo ese momento. Es todo lo que vino después.
En definitiva, La búsqueda de la felicidad adolece la falta de corazón y de un personaje principal realmente querible.
Por eso, apenas alcanza un “aceptable”.
[**1/2 / *****]
Comentarios
"trilogia de peliculas de cuando fraga empezo a afeitarse, que tratan de un tipo que no sabe ni quien es su padre y maneja una espada que solo echa luz, otro que va una nave que alcanza la velocidad de la luz sin que a sus tripulantes se les salten los ojos, y que va con un mono gigante que lleva una metralleta, tambien tenemos a un viejo chocho que vive en el desierto y a dos robots que uno por no saber no sabe ni hablar, una tipa que su estilista de pelo debia de estar perturbado mentalmente y el malo es un pobre hombre que viste de negro porque es viudo y tiene asma; y la actuacion estelar de pujol en el festival de la heineken. en medio de todos encontramos un monton de bichos que ni el director sabe que son (una babosa gigante, calamares que hablan y todo por ese estilo), todo en una historia con aires a culebron venezolano. Y a pesar de toda esa patraña de cosas imposibles esta considerada como una de las mejores peliculas de la historia, y aun hoy en dia se sigue viendo y disfrutando"