Un nuevo debate sobre la TV

Desde hace unos días en la TV (que hoy en día parece hablar todo el tiempo de sí misma) el tema excluyente es el de la televisión "chabacana", por decirlo de alguna manera.

Se venían diciendo cosas respecto a Gran Hermano (en la edición de famosos se ha visto tal vez mucho más que en las anteriores) y el punto culminante se dio con la semana del caño en "Bailando por un Sueño".

Salvo que el que esté leyendo esto viva en un huevo de pascua, saben de lo que estoy hablando.

Toda esta discusión (a veces profunda, a veces tan superficial como la televisión acostumbra) ha traspasado el ámbito meramente televisivo. Para ejemplo, agrego a continuación la tapa de la revista Noticias:
La tapa de "Noticias". Extraída de primiciastv.

Hay muchas aristas al tema, y trataré de cubrir las que me parecen más relevantes en forma sintética.
  1. Más allá de que nos guste o no, los contenidos más "fuertes" tienen un horario. Si son emitidos fuera del horario de protección al menor, entonces no hay infracción alguna. Si son emitidos durante ese horario, se debería sancionar a los canales.
  2. Lo mismo, si hay niños presentes (como pasó durante el concurso en Showmatch). Si hay niños en un lugar que se asemeja a una whiskería, entonces hay que sancionar al canal, y de paso, preguntarle a los padres qué tienen en la cabeza.
  3. Showmatch fue el programa más visto todos los días de la semana en que se emitió el baile del caño. O sea, la gente quiere ver eso que muestran.
  4. No tengo cifras oficiales, pero una cantidad muy importante de hogares tienen televisión por cable.
  5. En esos casos, la oferta televisiva es de unos 15 canales como mínimo.
  6. En los otros casos, hay por lo menos 4.
Hace unas semanas hicieron un informe en el programa "Las cosas en su sitio" de la radio Sarandí (690 am), en el que hablaban sobre los contenidos de la televisión y el público. Si bien, hay quienes afirman lo contrario, la conclusión a la que uno arriba es que quien decide la programación de la TV es el público.

Todos los programadores de TV concuerdan en eso: la televisión no nos muestra aquello que no queremos ver, sino que el público decide. Si canal 12 pasa un documental sobre la rata de campo a las 10 de la noche, la gente va a ver Gran Hermano. Si el 4 pasa una nueva edición de "Naturaleza Viva", va a perder su público también.

Si bien podemos encontrar gente que dice "esto es una porquería", es claro que el rating refleja que la gente quiere ver eso. Y no es un tema del canal. La TV es un negocio, y el negocio está en que la gente la vea. Si al programa no lo ve nadie, no sirve, y punto.

Entonces, ahí entramos en una zona gris. Pienso que los programadores deben, de todas las formas posibles, dar lugar a una TV de calidad. Pienso que debe haber un montón de propuestas interesantes en la vuelta, que pueden convocar a un público masivo. Tal vez algún que otro programador deba decir "no pongamos eso porque tira por el piso la imagen del canal".

Pero es claro que, dentro de la legalidad, en definitiva lo que importa es que te mire más gente, que lleves adelante tu empresa. La nobleza de la propuesta, bueno, eso es a elección del programador. Por eso existe la televisión estatal, cuya pata principal es la de la transmisión de valores.

En definitiva: nosotros somos responsables de lo que vemos, más importante aun, los padres son responsables de lo que ven sus hijos. El control remoto es un hermoso instrumento que nos permite cambiar de canal cuando algo no nos gusta.

Si nadie viera "Bailando por un caño", el programa no existiría.

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