Crítica: Perfume: the story of a murderer
Perfume es definitivamente una película diferente. Película alemana ambientada en Francia y hablada en inglés, la mezcla de naciones es la menor de sus particularidades.
Perfume es, como lo dice en su título largo, la historia de un asesino. La historia lo sigue desde su nacimiento, y se convierte en protagonista, un asesino por el cual no sabemos si hinchar o no. Algo así no se había visto desde Hannibal Lecter.
Una voz en off nos lleva a través de la historia, y, a diferencia de lo que sucede habitualmente, no es intrusa, sino necesaria. La historia fluye con facilidad, al punto tal que no se nota su extensión superior a las dos horas y media; y los registros, incluyendo por supuesto al suspenso, están muy bien manejados.
La hermosísima Rachel Hurd-Wood
Es una lástima que el olor, el perfume, no se transmita por el cine. Es elemento de vital importancia en esta historia. Por suerte, es un mérito del director que ver la película sea posible más allá de esta carencia. Lo audiovisual viene a tratar de suplir lo olfativo.
Con una ambientación que luce espectacular, actuaciones precisas, música acorde y una fotografía que funciona perfectamente, Perfume es una película altamente exitosa y fascinante de ver.
Un gran acierto del director, una película que probablemente quede en el recuerdo y que se perfila para estar entre las más interesantes del año.
[**** / *****]
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