Goofy, el regreso del más grande

Hace ya unos años Disney desapareció. A principios de los 90 había vivido una nueva época de oro, con los largometrajes de Bella y la Bestia, Aladdín, El Rey León, etc. Pero este período no fue muy extenso. Tal vez existan factores externos, y también culpas propias.

Cuando se estrenó Toy Story en 1995, Disney distribuía, y ese fue el nombre que asociamos con la película. Años después aprendimos que en realidad la película era de Pixar, que Disney no tenía nada que ver. Pero es cierto que no desentonaba, porque Pixar supo tomar todo lo bueno de la casa del ratón, todo el corazón y el enfoque en la historia.

Toy Story fue precursora de la animación por computadora, que luego explotó a principios del nuevo siglo. Y mientras el interés del público aumentaba, el interés (y la calidad) de la animación tradicional, disminuía.

Hace un par de años parecía que Pixar y Disney se divorciaban. Y Disney trataba de empezar a competir con películas por computadoras propias, que no llegaban ni cerca de la calidad de la otra empresa. Pero entonces todo cambió. Disney compró Pixar, y puso a John Lasseter, fundador de Pixar, a cargo de la animación en las dos empresas.

Entonces, en un giro sorprendente, éste decidió que Pixar se podía encargar sola de la animación por computadora, y que Disney debía volver a las raíces. La animación tradicional tenía una segunda oportunidad.

Una de las consecuencias de esta nueva era en Disney es el regreso de los cortos animados. Hoy estamos nuevamente acostumbrados a ver cortos animados antes de algunas películas (en las de Pixar, por ejemplo, o en las de La Era del Hielo). Antes, en las décadas del 40 y 50, por ejemplo, eran muy comunes.

Estos nuevos cortos animados (algunos en computadora, otros en 2-D) permiten el desarrollo de nuevos directores y artistas, sin tomar los riesgos de ponerlos a cargo de una película completa de U$S 80M.

Algunos títulos anunciados son: “The Ballad of Nessie,” un recuento del origen del monstruo del lago Ness; “Golgo’s Guest,” acerca del encuentro entre un guardia de frontera de Rusia y un extraterrestre; “Prep and Landing,” en el que dos duendes ineptos preparan una casa para la visita de Papá Noel; y “How to Hook Upl Your Home Theater”.

Este último es el que me impulsa a escribir estas líneas.

“How to Install Your Home Theater” es el regreso de Goofy o Tribilín a los cortos animados. Es un nuevo capítulo en aquella vieja serie de “How to...” en la que un narrador describe la técnica para hacer determinada actividad (esquiar, jugar al hockey, cabalgar, pescar, etc.) y Goofy intenta demostrarlo, siempre con dificultades.

Este nuevo corto, a pesar de tener una temática muy actual (instalar un home theater) está absolutamente inspirado en la vieja serie, siendo muy respetuosa incluso en el diseño de los personajes.

Goofy es, a mi entender, el mejor y más gracioso personaje de Disney, y la serie de cortos animados “How to...” es la más graciosa de la historia de la compañía.

Si Disney mira a su propio pasado, seguramente el público se va a ver muy beneficiado.

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