Crítica: El año que mis padres salieron de vacaciones

Pan y fútbol

Hay algo terrible en el pasado de muchos países latinoamericanos, una época oscura, triste, pero cercana.

En ese mundo vive Mauro, en un estado casi inconsciente de lo que lo rodea, hasta que sus padres lo dejan en casa de su abuelo para “irse de vacaciones”, para tratar de huir de la represión.

Lo dejan “en casa” de su abuelo, pero no “con su abuelo”. Porque ellos no saben que éste acaba de morir, y dejan a Mauro solo en un mundo desconocido, lleno de extraños.

El año que mis padres salieron de vacaciones es una película cautivadoramente real, que puede ser alegre y profundamente melancólica al mismo tiempo.

El director elige situarla en medio del mundial de fútbol del 70 (con Pelé jugando para Brasil). Allí encuentra uno de los méritos más grandes: el del contraste entre dos realidades diametralmente opuestas.

Porque la alegría del fútbol enrarece la tristeza de las calles. Es un absurdo, un oxímoron, pero real. Es algo que pasó también en Argentina y acá.

Hay varias virtudes en la película: la fotografía (impecable, realmente bellísima), las actuaciones (todas igualmente excelentes, con un protagonista perfecto), la música (apropiada, y no intrusiva)... pero por sobre todo se destacan los cambios de registro, los manejos tonales que permiten momentos de genuina alegría y otros de tristeza profunda, de melancolía no forzada.

Si me pusiera a criticar, diría que existen un par de cosas que no fueron resueltas de la mejor manera (a mi gusto), pero que no alcanzan en absoluto a disminuir la fuerza del relato.

Brasil eligió una gran película para representarla en los Oscar de este año.

Imperdible.

[**** / *****]

Comentarios

Entradas populares