Cuando una serie se va...
Hace unas horas terminé de ver el capítulo final de Gilmore Girls. Como quien no quiere la cosa, hace casi siete años que vi el primero. Y el tiempo pasó para los dos.
Hay algunos programas que podemos ver sin crear vínculos muy estrechos con los personajes. Se trata de programas que vemos, pero que no necesariamente “seguimos”. Los que sí seguimos, son los programas que nos conectan a historias y personajes con los que existe un vínculo especial.
Me vienen a la memoria además, los finales de Ally McBeal y Everwood, por ejemplo. Estas tres series tuvieron momentos muy buenos (incluso grandiosos) y momentos malos, o mediocres. Pero fueron parte de mi vida durante unos cuantos años.
Y cuando se van, realmente queda un espacio vacío.
Es una sensación desconcertante, darse cuenta que uno no va a poder saber qué pasa en la vida de Rory o Lorelay la semana que viene. Es una sensación triste, y con un dejo de alegría, por todos los momentos que uno vivió y disfrutó, de este lado de la pantalla.
Una buena serie es como un amigo que nos acompaña durante unos años. A veces estamos en perfecta armonía, a veces nos frustra y deseamos que cambie. Cuando se va, uno no puede evitar, entonces, vivirlo como una pérdida.
Seguro, cualquiera puede decir que es una boludez ponerse melancólico por un programa de TV, pero aquellos que han sabido vivir una serie; se han divertido con sus personajes, llegando a quererlos: que han sufrido/reido/llorado con ellos, sus diálogos y situaciones; esos han vivido algo que para mí es maravilloso; esos saben de lo que estoy hablando.
Comentarios
La música: genial (tengo los discos). Además tengo las dos primeras temporadas en DVD, porque son las mejores.
Buena la frase, salu2.
Otra, y de grande, Sex and the City! vi el ultimo episodio tmb en USA y ahora por suerte COSMOPOLITAN los esta pasando en ingles todos los lunes de 10pm a 12, 4 seguidos!!!!!
Con Sex and the City no puedo acompañarte... es un tema de género.