Los amigos de mis amigos NO son mis amigos
El otro día leía un post de Florence acerca de un “día del amigo from hell”, por decirlo de alguna manera. Eso, sumado a un cumpleaños al que tuve que asistir hace no tanto tiempo, me llevó a pensar sobre la relación que tenemos con los amigos de nuestros amigos.
Los cumpleaños y reuniones de ese tipo son siempre interesantes en ese aspecto: ¿cuánta gente de la presente son amigos nuestros? Mejor aún ¿cuántos de los presentes nos caen bien?
Me viene a la mente el caso de uno de mis amigos más cercanos (estoy tratando de desterrar el uso de “mejor” para hablar de mis amigos, porque si hay mejores hay peores, y eso es una tontería, además de ser casi escolar). El pibe tiene un par de amigos que no tolero, pero mal. Por suerte los veo sólo en los cumpleaños. Con otra amiga, siempre que se viene ese cumpleaños, hacemos frente común para no darle bola a esa gente.
Y es así, porque, por más que a mi amigo le pueda gustar la idea que todos nos queramos mucho y llevemos bien, simplemente no pasa. ¿Y cuál es el problema?
Creo que mis amigos se llevan todos bien entre ellos (aunque en general no sean amigos entre sí) pero si no se llevaran bien: mala suerte.
Por algo no salimos con todos nuestros amigos al mismo tiempo (además de por ser poco práctico). A veces hacemos cosas con unos, otras veces con otros.
No tenemos por qué imponerles a nuestros amigos otros amigos.
No quiero irme mucho de tema, pero me viene otra reflexión a la mente: ¿con qué derecho obligamos a nuestros amigos a ponerse en situaciones incómodas? Si sabemos que hay gente que no se soporta (que hay casos graves) o cosas así, no hay necesidad de obligarlos a reunirse. Es algo sádico, realmente.
Tenemos que aprender a no ofendernos, a decir: “Si no querés ir está todo bien” y a sentirlo realmente. Nos sorprendería la cantidad de cosas que hacemos para “quedar bien” o “no quedar como el culo”.
Y la culpa es nuestra, de quienes hacemos eso, pero también de quienes ponen la presión.
Los amigos de verdad saben que estamos para cuando nos necesitan, pero no nos exigen presencia y nos hacen pasar un mal rato porque sí.
En fin. Termino este post desordenado con esa idea: si nos queremos todos, bárbaro; pero si no es así, ¿cuál es? La amistad pasa por otro lado.
Comentarios
Y sí, en definitiva, hay un montón de cosas que hacemos sin tener ganas. Tratemos de hacer sólo aquellas que realmente importan. El masoquismo está re out.
_ Como sabés en mis cumpleaños es costumbre que haya un grupo de gente bastante heterogéneo, como en todos los círculos. Y sí, hay algunos que ni siquiera se pueden ver. También me ha pasado de ir a cumpleaños de amigos de mucho tiempo, y por cosas de la vida sentirme como pez fuera del agua por el ambiente generado por ciertas personas.
Pero bueno creo que también es un momento, como para dejar las cizañas en segundo plano (no fingir que no existan).
Lo importante
Me parece que es màs importante el estar en esa ocasiòn por la persona y hacer un poco de sacrificio. Este mundo lleno està de gente que se podrìa evitar, pero creo q es más importante rescatar lo bueno.
Tampoco es obligación quedarse hasta que ardan las velas y a veces es mejor "matar el asunto antes que muera".
Saludos
Piyuj
Piyuj: es cierto que uno no puede ponerle condiciones a los amigos, onda "con estos no nos juntemos". Pero debería haber algún punto de sano equilibrio.