Comentario sobre el libro "La Orden del Temple"

Es espantoso comenzar una entrada poniendo excusas y tratando de atajarse por lo que uno va a escribir. Si uno no cree que pueda escribir algo, ¿para qué hacerlo? Pero bueno, es el caso ahora. En los próximos párrafos pretendo comentar un libro, pero debo aclarar que no soy la persona indicada para una crítica literaria.

La experiencia me ha demostrado que no soy alguien que sepa apreciar realmente el valor artístico literario de una obra determinada. A diferencia del cine, del que creo entender un poco más allá de si me gustó o no una película, los libros los califico entre los que me gustaron (o sea los que disfruté) y los que no me gustaron (los que no disfruté). Así, por ejemplo, puedo decir que Eragon y Eldest son dos libros que me gustaron mucho, más allá que he leído en todos lados que aparentemente son libros literariamente muy pobres.

En fin, quería aclarar este punto ahora, aprovechando para futuras oportunidades en las que me refiera a algún otro libro. Por eso, en el título dice "Comentario" y no "Crítica literaria" o algo similar.

Yendo al eje del asunto, hace cosa de diez días recibí como regalo "La Orden del Temple", libro que hacía ya un tiempo me había intrigado al verlo en las librerías. El título original "The Last Templar", probablemente tenga más sentido que el de la traducción, pero es lo que hay.

El libro en sí es bastante entretenido. En esta época que están de moda las "conspiraciones masónicas" y similares (ver algún informativo si no se entiende la referencia) no es de extrañar un libro de estas características. Es una versión más de El Código Da Vinci.

No sólo en la idea (un profundo secreto que podría cambiar la historia de la iglesia puede salir a la luz y cambiar el mundo), sino en estructura. Claro El Código... ya era una copia en estructura de todos los libros anteriores de Dan Brown (capítulos numerados, cortitos y que terminan en gancho). Especialmente Ángeles & Demonios, del que El Código... es una "remake" con una premisa más interesante.

Pero bueno, la cosa podría funcionar. Básicamente: el robo al MET de Nueva York intriga a un agente del FBI y a una arqueóloga que estaba presente (romance cantado), que buscan la verdad en el fondo de todo. Él es católico, ella es agnóstica, tirando a atea.

El argumento no es lo suficientemente complejo. No hay muchos misterios. La cosa como que se deduce demasiado fácilmente, lo que debilita la estructura del libro, dejándonos sólo la acción como gancho, porque no existe un verdadero sentido de descubrimiento. Pero así y todo, la lectura se hace llevadera en la mayor parte del relato.

Pero mi problema es el final. Aquí advierto a todo el que no haya leído el libro que no siga, porque me interesa discutir el tema en forma explícita. Al que le interese lo que tengo para decir y no le importe estropearse el tema, pinte con el cursor del ratón la zona en blanco.

Mi problema con el final viene dado por la elección de la no revelación del secreto. El secreto es un diario de Jesús. Un diario que contiene anotaciones de Jesús que lo hacen ver como un hombre. Un diario en el que afirma que no es hijo de Dios, sino un tipo más, tal vez un profeta que no se destaca más que los otros.

Es, claro, un elemento ficticio. O sea, no hay ninguna evidencia que demuestre que ese diario hubiese existido. Es simplemente el McGuffin de la historia, lo que la mueve. A diferencia de El Código Da Vinci donde existía un elemento de plausibilidad, que hacía cuestionarse la verdad de la hipótesis, aquí la cosa es distinta. El diario uno sabe que no existió. Si Jesús era el hijo de Dios o no, esa es una duda que no la plantea el libro, la plantea la vida misma. Hay un montón de gente que piensa que lo era, y todavía más que piensa que no. No hay un verdadero "descubrimiento" aquí.

Pero el problema es: la mina tiene el diario en la mano, y decide que no debe salir a la luz. El "malo" de la historia se encargó de matar a cuanto tipo se le cruzó en el camino para asegurarse que la verdad no salga a la luz, y ella simplemente decide no divulgarla. ¿Entonces para qué cuernos me molesté leyendo todo esto? Es una sensación realmente espantosa.

Hay aquí un problema de ser o no políticamente correcto. El autor se anima a decir que el diario tiene la evidencia que Jesús no era el hijo de Dios, pero le faltan pelotas para hacer que sus personajes saquen la verdad a la luz.

El argumento de que la gente necesita esa fe es bastante pobre. Si uno viviera engañado, ¿no preferiría saberlo? Es tan, pero tan tonta la idea de que es mejor guardar el secreto, que no parece resistir ningún análisis.

Es como que alguien se niegue a mostrar evidencias de que Dios realmente existe, no vaya a ser cosa que molestemos a los ateos.

Nabokov decía: "hay por lo menos tres temas absolutamente prohibidos para casi todos los editores norteamericanos". (La cuestión del sexo era el primero) "Los otros dos son: un casamiento enre negro y blanca de éxito completo y glorioso que fructifique en montones de hijos y nietos, y el ateo total que lleva una vida sana y útil y muere durmiendo a los ciento seis años".

Creo que es pertinente esta cita. El libro es una brutal víctima de la corrección política y la demagogia.

Lo que me resta decir es que unas veinte páginas antes de terminarlo, vi llegar el final claramente. A partir de allí, leí sólo unas líneas de cada página para saber qué iba pasando y para confirmar mis temores.

Una lástima, el libro pasaba como aceptable a casi bueno, pero reprobó por falta de convicción.

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